BIDEN, EL GRAN ARTÍFICE DE LA GUERRA EN UCRANIA
El Sr. Biden, presidente electo de los Estados Unidos, a través de una mala praxis política de gran calado amoral, ha dicho hace poco: Vamos a evitar una “Tercera Guerra Mundial”, el mismo que ha provocado el conflicto bélico, la guerra en Ucrania, señalando desde el primer día de su elección que el verdadero enemigo de occidente era Vladimir Putin. Después de un año tenemos una guerra en Europa. Se ha vuelto a retomar el lenguaje bélico de la Primera y Segunda Gran Guerra, ampliando la guerra verbal al lenguaje de guerra nuclear. Para ello ha tenido que reiniciar la OTAN, una entidad que ya no tenía mucho sentido al no tener el que fuera su gran enemigo la Unión Soviética en frente.
Biden el gran estratega del engaño, ha hecho virar toda la política internacional de occidente hacia un frente común de los grandes medios de comunicación, hacia la rusofobia descontrolada, (como bien ha señalado el periodista Victor Hugo Morales en su programa radial La Mañana: «Joe Biden ha decretado la rusofobia por todos los medios contra los rusos que viven en los Estados Unidos»), hacia el reflotamiento del Tratado Atlántico, hacia el despertar de una Europa dormida en sus pesquisas utópicas y fantasiosas de irrealidad progresista y liberal. Biden ha sido capaz de convertirse en la cabeza del progresismo mundial, el líder del globalismo y de todas esas políticas amorales que le representan. No le basto con amañar unas elecciones de la mano de los grandes oligarcas liberales de la comunicación financiados por Soros, sino que quiere descabezar a Putin del sistema financiero y aislarlo del planeta. Pero esto no acaba aquí, ya que ahora nos enseña que los amigos de sus enemigos no han de ser sus enemigos, hablamos de sus nuevas relaciones con Maduro, dictador de Venezuela y sus cambios posturales con Irán. Biden cree sin lugar a dudas que la gente de Estados Unidos y Europa somos tontos e ignorantes. A este hombre le da igual la hemeroteca, pero es difícil olvidar que Donald Trump ha sido el único presidente en no desear una guerra para su país, lo ha demostrado con los tratados de paz entre el pueblo hebreo y varios países islámicos como Jordania, Emiratos Árabes y Egipto. Ha mantenido a Corea del Norte a raya respecto a sus amenazas nucleares constantes, siendo capaz de mantener una reunión con su presidente Kim Jong-Un en la zona desmilitarizada en la frontera de las dos Coreas. Y mantuvo acuerdos económicos con la Rusia de Vladimir Putin, considerándolo un socio beneficioso.
Si ponemos encima de la mesa lo que hizo D. Trump en sus cuatro años presidenciales con el año que lleva el Sr, Biden, podemos acordar lo que dijo justo antes de que Trump perdiera la presidencia norteamericana, el coronel Pedro Baños que “lo mejor para el mundo es que Donald Trump siga siendo presidente de los Estados Unidos.” Esperemos que vuelva a la Casa Blanca antes o durante la campaña presidencial del 2024.
Hay una verdad tangible y es que el presidente de los Estados Unidos ha incendiado desde el primer día presidencial su discurso hacia Vladimir Putin y ha llevado a Ucrania al apocalipsis y a Europa a la impotencia más objetiva. Su única lección terapéutica es fortalecer los lazos unionistas de los 27 ante el gran fracaso una vez más de sus políticas internas y externas, porque ambos, Biden y la Unión han dejado solo a la nación Ucraniana y a su presidente Zeleski frente a una quimera y engaño maquiavélico: de que iba a entrar en la OTAN y en la UE.
Arthur Charlan
12/03/2022