No me parece relevante la discusión de quien la tiene, la nariz, más larga o más ancha, si Aznar o Rajoy, dado que cada uno ha vivido en unas circunstancias concretas difícilmente repetibles. Ambos encontraron el país arruinado y ambos pararon, con mayor o menor fortuna, la sangría. El grado de ruina, la influencia del entorno y demás me importan poco. Me quedo con la cruda realidad de que Aznar, después de cuatro años, ganó una mayoría absoluta viniendo de una mayoría exigua y que Rajoy ha conseguido pasar de una mayoría absolutísima a una más que triste mayoría.
En políticas no fueron tampoco ni mucho menos iguales. Aznar aplicó lo que se ha identificado con la doctrina económica del PP: Ajustar el gasto adelgazando el Estado para bajar el déficit y poder disminuir impuestos. Rajoy, a grandes rasgos, ha bajado el déficit en base a aumentar la deuda y subir impuestos.
Para mí el problema es si uno se cree sus postulados o simplemente gobierna por el márquetin. ¿Se cree el PP de Rajoy que al bajar impuestos crece la economía? ¿Se cree que el Estado debe ser eficiente? ¿Se cree que el dinero público debe ser administrado con escrupulosidad enfermiza? ¿Se cree que hay que gastar menos que lo que ingresamos? ¿Se cree que el empleo público no debe exceder del mínimo necesario? ¿Se cree que gastar en sanidad y educación es invertir y no tirar el dinero? ¿Se cree que sobran políticos, empresas públicas, delegaciones gubernamentales, asesores, coches oficiales, tarjetas de crédito públicas y viajes en primera? Ya sé que el PSOE no cree en nada de eso. Por los hechos, el PP de Aznar, si lo creía pero, vistos los hechos, el de Rajoy no lo cree.
No entiendo nada. ¿Por qué, a la hora de buscar dineros, nuestros políticos siguen pensando en recortes y en impuestos y se olvidan de las reformar para hacer un país de peso más ligero? ¿Alguien me lo explica?