La Muy Ilustre Villa de Alsasua, municipio navarro de unos 8.000 habitantes, vivió este fin de semana un acto más de barbarie. En la madrugada del sábado, un teniente y un sargento de la Guardia Civil y sus parejas, se hallaban en un bar de la localidad “tomando algo y bailando” cuando empezaron a notar “malas miradas” que, después de varias provocaciones, se convirtieron en “un horror” ya que fueron agredidos brutalmente por unos 50 energúmenos que les cosieron a golpes y patadas, hasta que apareció la Policía Foral y las bestias desaparecieron.
Si salvaje es la agresión, que no visualiza más que el ‘odio’ de algunos y su bajeza hasta actuar como bestias, miserable es la reacción de algún colectivo, vinculado a ETA, que no solo no ha condenado el salvaje hecho, sino que aprovecha para exigir la puesta en libertad de los dos hasta ahora detenidos y la expulsión de la Guardia Civil del territorio navarro.
La historia de altercados en Alsasua referentes a la Benemérita, e incluso a las autoridades del Estado, es vieja y, como suele ocurrir, nunca a traído a los provocadores ninguna consecuencia. La reacción de las autoridades ha sido esta vez de firmeza verbal, pero sorprende por la impunidad de muchos actos habituales en este municipio navarro, que han sido caldo de cultivo para que pueda ocurrir este hecho.
No entiendo nada. ¿Dónde está el Estado en tantos rincones de España donde solo brilla por su ausencia? ¿Alguien me lo explica?