FERRAN ADRIÁ
“Yo he sido becario sin cobrar…”
Con esta solemne declaración este insigne cocinero, justifica la esclavitud laboral para formar cocineros de élite como él. ¡No se puede ser más miserable!
Esta actitud es fruto del corporativismo que existe en el gremio y a la colaboración necesaria de los medios de comunicación. Auténticos voceros del franquismo. Estómagos agradecidos boceras del régimen del 78 y musas del Partido Popular. Resalta por méritos propios Paco Marhuenda, mamporrero de Moncloa y Zarzuela, muestra en la portada del periódico que dirige la brillante cita de Adriá. Este impostor del periodismo dirige LA RAZÓN. Un diario ultraconservador financiado por la oligarquía, auténtico NODO franquista de propaganda del régimen franquista y del régimen del nuevo franquismo.
En estos días ha saltado a los medios, que al perecer, es un “modus vivendi” que los grandes chef’s de la cocina española hayan erigido sus imperios gastronómicos explotando a jóvenes promesas. Nadie ha denunciado esta praxis.
Es mi deseo denunciar desde esta columna que todos los grandes y pequeños cocineros que explotan a sus trabadores jóvenes o mayores, cometen crímenes contra los derechos de los trabajadores.
Estos legítimos herederos del franquismo, debieran de conocer que durante la dictadura, la figura del aprendiz comprendida entre los 14 y 18 años estaba tipificada y respaldado con todos los derechos laborales. Y ya en la Santa Transición, personalmente, he tenido la responsabilidad de planificar y gestionar la trayectoria profesional de aprendices y becarios. Y es demostrable que cuando la explotación no hace acto de presencia, éstos trabajadores obtienen su sueldo y se les garantiza su formación. El gremio de las cocinas no tiene la exclusiva de que salgan de sus manos futuros grandes profesionales, trabajando al margen de la Constitución. La experiencia nos demuestra que de aprendices mecánicos han salido buenos técnicos, y que de los becarios han salido eficaces ejecutivos de empresa. Cosa que no hubiera sucedido si la tiranía de los patronos les hubiera condenado a la esclavitud permanente. Me vienen a la cabeza un montón de epítetos, algunos de ellos muy mal sonantes, pero solamente haré uso de uno. Criminales. Mantener en el siglo XXI a un trabajador durante un segundo sin cobertura legal, es un crimen. Es una vergüenza cómo los tertulianos de los medios que van de plató en plató, defienden estas conductas y concediendo la palabra a los grades cocineros para dar cobertura a sus crímenes. Sin que nadie les lleve a los Tribunales.