En estos días de ‘calma chicha’ política dónde las cuestiones básicas que nos afectan se están cociendo por la bajini: cuestión catalana, quiebra de las pensiones, coste de la energía y demás, se nos mantiene entretenidos a base de Trump frente a Obama, los autobuses con mensaje y el escándalo del presidente de la Comunidad de Murcia y la batalla política de Ciudadanos con el PP, ha aparecido una actuación que puede sentar un precedente, la mar de peligroso una vez más, para los que sufren para llegar a final de mes: alguien, vestido -eso sí- de progresía, nos quiere quitar hasta el utilitario.
La Generalitat catalana, el Ayuntamiendo de Barcelona y 40 municipios más, van a prohibir el 2019 circular a los coches de más de veinte años los días laborables porque contaminan a lo bestia. Analizando la medida, que ha conseguido poner de acuerdo a tanto edil, hay que suponer que los coches contaminan por edad, no por estado del motor, y sobre todo que la gente que trabaja y tiene coche viejo, es por ser mal ciudadano e importarle una castaña la salud propia y la del prójimo. Una vez más el que tiene guita, y cambia mucho el coche, podrá circular y el que las pasa canutas, que se joda.
No entiendo nada. ¿Tanto llenarse la boca de trabajar por los pobres y solo se les ocurre quitarles el coche a los que no tiene para comprar el último modelo? Alguien me lo explica?