Abordando la decoración de nuestro hogar

Decorar un hogar siempre es satisfactorio, sobre todo, si es el nuestro. La idea de poner a punto un piso, un chalet o un apartamento, darle alegría y color e, imprimir en él, el sello distinguible y claro de nuestra personalidad, animan a muchas personas a seguir por el largo y gratificante camino de invertir en una reforma completa o, en adquirir el mobiliario que más se ajuste al estilo deseado. Como reza el dicho, sobre gustos no hay nada escrito y, mucho menos, en cuestiones de decoración de interiores. Hay personas que optan por lo clásico y tradicional, buscando, ante todo, armarios, mesas, sillones o camas, que tengan un aire barroco y propio de otra época. Otras personas prefieren el minimalismo simple, pero efectivo, de unos muebles de comedor modernos.

En cuanto a tonalidades cromáticas, tampoco hay que descartar nunca un color. Para muchas personas, los tonos pastel de la gama de azules y verdes son excepcionales para el cuarto de un niño o, para una sala de estar que aspire a transmitir paz y tranquilidad. Sin embargo, muchas personas optan por los tonos agresivos, como el rojo y el naranja, especialmente en habitaciones donde esperan celebrar fiestas con amigos y familiares alguna que otra vez. Los dormitorios modernos, por su parte, son un espacio íntimo, así que, sin duda, son los lugares adecuados para que esa marca de identidad, esa apariencia que grita por las cuatro esquinas la personalidad de quien habita en ella, sea mucho más evidente en ellos. Desde un tocador de madera y cama con dosel, hasta un canapé amplio y sencillo y un ropero de puertas correderas.

Tampoco podemos olvidarnos de los cuartos de los niños, en caso de haberlos. Los niños se encuentran normalmente en etapas de cambio, pero siempre podemos prestar atención a los gustos y aficiones que ya empiezan a desarrollar, a objeto de no equivocarnos en nuestra elección de dormitorios juveniles modernos. En el caso de los adolescentes, deberíamos hacerles partícipes de lo que desean para su habitación que, durante los años de juventud, se convertirá en un espacio de refugio y crecimiento individual.