EDWARD
EL CONFINAMIENTO
TÚ Y YO
16 abril 2020
TÚ: También sufrí el mismo mal. Menos traumático porque fue veinte años después, en un contexto de clase media urbana y con auxilio de la psicología… También sin presencia de sentido del pecado, pues soy hijo de una sociedad muy secular.
YO: Nuestros caminos siguen paralelos… Te quiero. Te percibo más hispano, más español, más amigo, más amante…
TÚ: Leyendas entre urbanas y medievales se referían a la cura de las meadas… La que recuerdo era calentar un ladrillo para luego hacer micción sobre él y remedio santo… El hecho es que no recuerdo cuando terminó el mal, pero fue antes de terminar la escuela primaria.
YO: A mí hasta los 12 años. Luego fueron esporádicas las ocasiones.
TÚ: En mi país de origen la raíz hispana está en los abuelos y hasta en los padres. También mi suegro era de Galicia.
TÚ: No vemos lo peninsular como extraño, sino como tierra y dejes de parientes.
YO: Yo te percibo y te considero como mío.
TÚ: La aldea está al doblar de la esquina o en los refranes, el cine, los programas de radio, álbumes de fotos y sobre la mesa del comedor, bien en almuerzos, cenas, noche buenas o nocheviejas… Chorizos, ganadas, cocidos, sidras, turrones y el acento de parientes mayores, el cura con sotanas y los daguerrotipos, en cajones de escritorios, bufandas y boinas, mantienes y Verbenas
TÚ: Vosotros habéis perdido el vínculo… Claro, «más se perdió en Cuba»… Tampoco olvidéis las habaneras como género compartido… Y ese estribillo que reza: «Cádiz y La Habana son dos ciudades que son como hermanas»…
YO: Sí, no sabes lo feliz que me hace haberte metido en mi vida. Te admiro te quiero y te deseo. Como ser humano, como hermano y amante amigo y como HOMBRE.
YO: Tienes razón…
TÚ: Es que estáis deseando que pidamos ascender al Tantra entre susurros y caricias, prolongar el goce con la lucidez de todos los sentidos.
TÚ: Poder hacer el camino de nuestro Santiago.
YO: Eres un ser luminoso.
TÚ: Y explotarnos sensorial y emocionalmente nuestra Utopía compartida, habitando en mística y fluidos la séptima morada.
YO: Irradias energía erótica y mística.
TÚ: Explorarnos con mucha suavidad, en diálogo sin barreras.
YO: Concupiscencia impúdica.
TÚ: ¿Acaso es impudicia la fusión de seres adultos y en estado de gracia?
YO: No lo es. El pudor de la moral cristiana es el enemigo de la realización sexual.
TÚ: Buscarnos mutuamente los puntos erógenos y compartirlos entre susurros, confesiones y sutilezas es un acto lleno de belleza y trascendencia.
YO: Sin duda estoy en conexión contigo…
TÚ: Experimentar en lucidez hasta quedar dormidos en la saciedad.
YO: Además eres todo erotismo y poesía. Me gustaría compartir contigo la lujuria mística…
TÚ: Y si hay un tercero, con iguales aptitud y disposición, no excluirlo del ágape.
TÚ: Es aplicar conocimientos de anatomía a la comunicación.
TÚ: Controlar múltiples orgasmos.
YO: Lo del tercero no lo descarto, pero será más difícil…
YO: Vladímir, no renuncio a nada.
TÚ: Saborear la suavidad de las mucosas… Lenguas en ristre, vellos como estepa, puntos focales que proyecten estremecimiento, exhalaciones, un chapoteo de vitalidad.
YO: Siiii eres un cabronazo…
TÚ: Estoy todo húmedo de deliciosa lubricación pre seminal.
TÚ: Deseara detener mi lengua en cada vértebra tuya.
TÚ: Lamerte y darte besos.
TÚ: Disfrutar lamiéndose el esfínter anal.
YO: Me gustas porque eres puro fabricante de placer.
TÚ: Introducir el índice y darte un masaje circular.
YO: Maestro mío, te deseo.
TÚ: Y pegar mi glande lubricado a tu orificio.
YO: Siiii
TÚ: Acariciarte el pecho y la espalda, explorar tus partes velludas, olerlas.
TÚ: Lamerte el bigote.
YO: Si has preparado el camino es porque deseas tomar posesión de mi cuerpo, porque te pertenece.
TÚ: Penetrarte suavemente y besarnos.
TÚ: Hacerlo sin brusquedad.
YO: Siiiiii
TÚ: Sentir el calor de tu recto alrededor de mi pene.
TÚ: Y besarnos con las lenguas, intercambiando caricias.
YO: Sí y yo presionando mis glúteos contra tu polla.
TÚ: Que estemos así, mucho tiempo unidos por dos puentes físicos.
YO: Fusionados en el abrazo Tántrico.
TÚ: Humedecer mis dedos y acariciar tus pezones, casi sin tocarlos.
TÚ: Lamer tu cuello, orejas…
YO: Esa sensibilidad la he recuperado y me vuelve loco.
TÚ: Apoderarme de tu cuerpo como una manta humana que te cubre y llena de calidez, inmovilizándote.
TÚ: Mis manos descendiendo por tu vientre.
TÚ: Jugando con tu ombligo, el nexo umbilical que te trajo a esta dimensión.
TÚ: Bajando hasta tu pubis
TÚ: Acariciando todo tu vello.
TÚ: Hermoso el vello de todo varón.
TÚ: Acuerpando tu miembro. Engordando tu pene o poniendo tiesa tu polla.
TÚ: Suavemente abarcando cada testículo.
YO: Uno dentro del otro y uno frente al otro, abrazándonos y chupándonos los oídos.
TÚ: Cuyo jugo nos trajo al viaje de la terrenidad.
TÚ: Mezclando mis pies con los tuyos.
TÚ: Como dos ofidios.
TÚ: Poner tu cabeza en el erial de mi pecho.
YO: Eres un verdadero amante.
TÚ: La punta de tu lengua en mi pezón derecho.
TÚ: Es mi interruptor.
YO: Me siendo abrumadoramente seducido por ti.
YO: Eres un artista del dios Eros.
TÚ: Y masturbarnos largamente.
TÚ: No importa si nos acompaña erección.
TÚ: Masturbarnos sin prisas.
TÚ: Las lenguas en lidia de lanzas medievales.
TÚ: Revueltos entre sábanas y vahídos.
TÚ: Los dos penes juntos y húmedos.
TÚ: E inventarios fantasías o compartirlas.
TÚ: Hasta perder el control y eyacular.
TÚ: Con ese olor colorado del semen, embadurnarnos y guarros abrazados dormir una siesta…
TÚ: Te dejo, hombre…
TÚ Es hora de almorzar.
YO: Me aprovecharé de tu semen, yo sólo expulso líquido pre seminal.
YO Gracias cabronazo me haces muy feliz.
YO: Te quiero.
YO: Te amo.
YO: Te deseo.
TÚ: Igualmente.
YO: Qué te aproveche.
YO: ¡¡¡Guapo!!!