“España es una UNIDAD DE DESTINO EN LO UNIVERSAL”
LA ESPAÑA QUE NO ES…
20/03/2019
Por Pedro Taracena Gil
Periodista
Definir lo que es España es ardua tarea. Difícil para los mayores y más complejo todavía para los jóvenes. Para que la definición fuera completa sería necesario perfilar las mil y una Españas existentes…
Mi opción es tratar de definir lo que no es España. A los niños que lo éramos en los años cuarenta y cincuenta nos enseñaban su acotación geográfica: España limita al norte con el Mar Cantábrico, Francia, los Montes Pirineos y el Principado de Andorra. Al este con el Mar Mediterráneo. Al sur con el mismo Mar Mediterráneo, el Estrecho de Gibraltar y parte del Océano Atlántico. Al este con Portugal y el mismo Océano Atlántico. Al menos salimos de la Escuela con la ubicación geográfica de lo que venimos llamando España.
La geografía, el clima, la flora y la fauna son difíciles de discutir. España es variada y sus habitantes nacen, viven y se desarrollan en esta biodiversidad. La historia es otro aspecto muy distinto. La Historia de España establece tantas Españas como historiadores la han escrito. Y si hablamos de la historia más reciente, la historia la han contado los vencedores. Cuando predicamos que España es UNA, solamente nos podemos referir a la España geográfica porque de la España histórica hay infinidad.
Si nos preguntamos qué es ser español, la disputa está servida. Es más fácil y veraz mantener racionalmente que, hay una variación importante de sentirse español, en lugar de empecinarse en encasillar a todos los españoles en un mismo prototipo, de acuerdo con un paradigma único. Sobre todo, si cada cual se siente libre de autodefinirse como mejor le convenga. Solamente somos iguales ante la ley. Sentirse español o francés, es un sentimiento de pertenencia o de posesión de ciertas características que no tienen por qué ser comunes.
Otro concepto que se viene atribuyendo bajo el genérico del UNO, es la patria. La patria es una emoción que cada cual siente como propia. Este sentimiento patrio, tiene una vertiente legal que es la nacionalidad.
Bajo el prisma de estos dos valores, es evidente que hay países donde la nación y la patria, son aceptadas por los ciudadanos concernidos, como un solo concepto. Pero en España, no. El valor patriótico está lejos de ser un valor común. Y el sentimiento nacional es variado. Luego los habitantes de nuestra piel de toro, somos patrióticos cada cual a su manera y por supuesto el tejido social es plurinacional.
Es evidente que está siendo más sencillo establecer lo que no es España o español de lo que es en su aceptación oficial.
Hemos hablado de España como realidad histórica, porque no hay una versión única a la hora de definirla. El sentirse español no es propiedad de la totalidad, sino de cada uno en particular. Y como consecuencia el sentimiento nacional y los valores patrióticos, tampoco son comunes a “todos” los habitantes que poblamos este entorno geográfico. Definido como España.
Faltan los símbolos que representan la unidad como suma de todos los conceptos implicados: España, español, patria y nación. Es fácil comprobar que esta pretendida unidad, tendría un solo himno nacional, una sola bandera nacional, un solo escudo nacional, un solo idioma oficial… Como consecuencia esa unidad granítica, tendría un jefe del estado y un modelo de estado y de gobierno, aceptado por la mayoría…
En este país llamado España, aquello que está fuera de toda duda es que la UNIDAD NACIONAL NO EXISTE. Aunque la legalidad vigente diga todo lo contrario.
Sobre todo, es alarmante que el Rey de España sea jaleado, aplaudido y adulado por la España constitucionalista, atrincherándose en el texto de la Carta Magna como si de un dogma se tratara. Los Principios de Movimiento Nacional, jurados por el Rey Emérito y la Constitución, jurada por Felipe VI son textos, donde el franquismo ha quedado atado y bien atado. Como si fuera el Credo de Nicea. Inamovible, de adhesión incondicional y de obligado cumplimiento.