Razones por las que hacer teatro

La sociedad actual teoriza constantemente sobre lo que es bueno o no para cada uno, qué cosas hacen que mejore la calidad de vida, qué terapias son las más...
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La sociedad actual teoriza constantemente sobre lo que es bueno o no para cada uno, qué cosas hacen que mejore la calidad de vida, qué terapias son las más apropiadas para ser el “ser social” perfecto. Esto ha aumentado las opciones de ocio a las que acudir en nuestro tiempo libre y se ha producido un germinar de actividades que practicar “alter work” para sentirse mejor con uno mismo. Toda terapia es buena si funciona: yoga, salir a correr, pilates o cultivo ecológico urbano… solo hay que encontrar la que más se adapte a uno. Hoy, día mundial del teatro, queremos hablar de los beneficios del teatro.

El teatro es una de esas opciones completas para poder alejar de la mente el estrés laboral (e incluso familiar) y centrarse en uno mismo y en el desarrollo de habilidades que probablemente nos son desconocidas. No hablamos de acudir al teatro como público, sino el ser parte del mundo teatral.

En una clase de teatro se trabajan aspectos como la expresión corporal, técnicas de voz, improvisación, análisis de texto, puesta en escena y sobre todo, desarrollar el imaginario de una manera que solo los niños suelen hacer. Volver jugar con nuestro entorno y con gente con la que se arriesga a salir de su zona de confort para tirarse a la piscina y experimentar. ¿Qué va a aportarnos todo eso en nuestro día a día?

  1. Vencer la timidez: Ser objeto de todas las miradas al subir al escenario hace que aquellos que quieran vencer su timidez (ya sea por necesidades personal o laboral) encuentren en el teatro una actividad perfecta para ir, poco a poco, acostumbrándose a ser observados.
  2. Mejora de las habilidades psicomotrices: En los ejercicios de expresión corporal se potencia el uso del cuerpo como herramienta de trabajo, el conocimiento y exploración de movimientos poco habituales. Esto hace del teatro una actividad dinámica y física, ideal para hacer frente a los males del sedentarismo.
  3. Hablar en público: A pesar de no tener esa timidez de la que hablábamos en el punto primero, los ejercicios de dicción y vocalización son muy útiles para aquellos que necesiten hablar en público. Se trata de recursos con los que preparar en casa ponencias y otras intervenciones, mejorando la dicción y la entonación, reforzando así el mensaje del discurso.
  4. Mejora en las relaciones sociales: Superar el miedo al conflicto y al contacto físico y crear vínculos con los compañeros, ayuda a reforzar las habilidades a la hora de conocer gente.
  5. Refuerza la autoestima: La superación en cada clase y la repetición de ejercicios y dinámicas en las que el alumno se da cuenta de su mejoría, proporciona seguridad.
  6. Eliminación de tabúes: Interpretar cada día a personajes diferentes nos acerca a situaciones que nunca habríamos imaginado, haciéndonos sentir en la piel del otro y defendiendo actitudes que probablemente nunca nos habíamos planteado.
  7. Volver a jugar: el desarrollo del imaginario teatral y la evasión de la rutina diaria nos trasporta a mundos nuevos e inexplorados, y proporciona herramientas para llevar el día a día de forma amena y divertida. Si además tenéis peques en casa, os abrirá un abanico de posibilidades para jugar con ellos
  8. Liberación: El teatro contribuye a la eliminación de barreras personales y utilización de un espacio para poder ser libre, y dejar de lado las estructuras marcadas por la sociedad.
  9. Conocimiento y aceptación personal: El teatro implica “desnudarse” emocionalmente en cada clase, ya sea haciendo drama o comedia, aceptándose a uno mismo, ya que las herramientas con las que se trabajan son el cuerpo y la voz en espado puro.
  10. Hemos dejado para el final el motivo más importante: La magia, la diversión, la alegría… desde la carcajada o desde el llanto, el teatro es unión y es pasión.
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