¿Cambiar o …salir del paso? *

El problema es real, y muy grave: se trata del incremento en los asesinatos violentos en contra de las Mujeres, y lo que es peor aun mas, en contra de niñas, no es una simple maquinación de los “conservas”.

La respuesta a las protestas iniciales derramaron el vaso de la paciencia: gases en contra de las que exigían hablar con el Presidente mientras este seguía con su cuento de la rifita del avión que tan bien le había servido como caja china para desviar la atención de los mas de 40 mil asesinatos violentos en lo que va de su gobierno, de la economía con “crecimiento” de -0.9%, de la corrupción ostentosa demostrada en videos por las Redes Sociales, de la simulación de los vuelos comerciales y las comitivas en aviones de la Fuerza Aérea, del nepotismo moreno, de la anarquía en su partido Morena, de sus pretensiones de apropiarse del INE, de las adjudicaciones directas, de los contratos gordos enviados a reserva, de su constante agresión a las Redes Sociales, de la impunidad ostentosa a Peña y a Salinas, de sus halagos a los atlacomulcas, de la imposición en la CNDH de una servil, del Bonillazo, del fracaso en el T-MEC, de la concentración del gasto público en forma discrecional, del ataque al Federalismo, de su descarado apoyo a Calderón y a Gordillo para regalarles sus partidos, de su asonada contra la UNAM, del desabasto de medicinas, de la indiferencia ante Ayotzinapa, de la falsa desaparición del Huachicol, de los déficits en Pemex y en la CFE, de la corrupción en la Conade, de la exoneración de Bartlet, de su Constitución Moral imaginaria, del ridículo con Evo Morales, de los embajadores cleptómanos y acosadores, de las decenas de masacres, de la fiscal veracruzana emparentada con narcos, de las mañaneras de propaganda oficial, de la represión en varias entidades incluía la CDMX, de las empresas fantasmas para defraudar el “jóvenes creando el futuro”, del Culiacanazo, de los 40 fugados del penal sinaloense que aún siguen prófugos, de la firma autografía de los 900 mil certificados, de sus afanes reeleccionistas, de su enfoque en las elecciones federales del 2021, de su avasallamiento del Congreso y de la Corte, de su derogación verbal del neoliberalismo, de sus mas que dudosas “consultas populares”, de su conservadurismo mal disimulado, del despojo a los derechohaientes del Infonavit con los 2 mil millones para su rifita, del charolazo con tamales y atole para los “machuchones”, de su cena palaciega con las trasnacionales del petróleo, … y la lista sigue y sigue.

Por su temperamento concentrador del poder, el Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere saber de todo, opinar de todo y dirigir todo, tiene un desmesuado concepto de sí mismo: la suma de lo mejor en Madero, Juárez y Cárdenas, combinado con Ghandi y Luther King. Si fuera una potencia multidisciplinaria, un sabio omnisciente, que no lo es, aún así tendría problemas para gobernar el solo al país. Si tuviera un equipazo de colaboradores de primer nivel, que no lo tiene, salvo muy contadas excepciones, aún así le resultaría muy difícil salir adelante por las condiciones ruinosas en que se lo entregó el peñismo.

Pero sus “chuchas cuereras”: Bartlet y Monreal a estas alturas ya están muy abollados ante la opinión pública; debería estar muy preocupado y ocupado en buscar reemplazos eficaces antes de que el problema actual se le complique mas y se le asocie con los otros que están ya a punto de reventarle. De Ebrard, ni que decir, trae un conflicto de intereses muy mal visto en dónde importa, que lo tiene en dos strikes con cero bolas.

Para empezar, el Señor Presidente López Obrador debería reordenar sus prioridades, y anteponer sus obligaciones Constitucionales a sus inclinaciones electorales para las elecciones del 2021 que se han convertido en el eje de todas sus decisiones.

Si logra hacerlo y cambiar, dos problemas neurálgicos tiene el País en lo inmediato: la Inseguridad Pública y el crecimiento económico. Sin Seguridad no habrá desarrollo ni crecimiento económico.

Y la Seguridad Pública pasa por recuperar el Estado de Derecho: hacer valer las normas con el uso de la legítima violencia en contra de los criminales, y meter en cintura con energía a los jueces prevaricadores y políticos que están haciendo su agosto con las liberaciones.

Otra más es emplear la inteligencia en vez de acumular fuerza operativa sin ton ni son. No necesita más de 50 grupos de personal selecto con 100 elementos cada uno para resolver la Inseguridad en un año, y otros tres mas para supervisar y controlar que los anteriores no se le pudran en el ejercicio.

Pero no podrá hacerlo si sigue aferrado a subordinar la captura de los delincuentes hasta que resuelva el tema de la pobreza o “moralice” al Pueblo de acuerdo a su difuso e imaginario catálogo de valores y su “Constitución Moral” no empezada, que pontifica en cada oportunidad, mientras que con sus actos enseña todo lo contrario. El Pueblo Bueno no es tonto y aprende de lo que Usted muestra con su ejemplo, no de sus sermones.

Ya hemos visto toda una serie de acciones aparentemente inconexas para desactivar la actual protesta feminista, desde ridiculizarla, achacarla a la derecha, apropiarse de ella, desviar su propósito esencial, reducirla a conquistas banales, calumniar a sus defensores, intimidarlos, presionarlos, … etc.

Usted y su primer círculo se han dedicado a hostilizar y desacreditar a las “Benditas Redes Sociales” como Usted les llama en son de burla, y además se ha echado encima a cuantos a podido, confiado en que solo Trump, el Ejército o la Marina, y los grandes capos lo podrían quitar del Poder, ¿acaso no leyó El Príncipe?, debería hacerlo; pero no se trata de eso, se trata de que asuma su cargo y se dedique a gobernar, que no es nada fácil, y menos rodeado de puros aduladores que le tienen miedo y le dan el avión en todo.

Así las cosas, la pregunta es: ¿qué hará Usted: cambiar o simplemente simular que lo hace para salir del paso y volver a lo mismo?.

En mi sincera opinión Usted debería hacer cambios, me gustaría verlo convertiste en un Presidente exitoso, orgullo de su Pueblo, y terminar su sexenio en Paz.

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