Conversación tranquila de @jmfrancas con Joaquín Parra Cerezo, Sargento de la Policía Judicial de la Guardia Civil con 35 años de servicio en la Guardia Civil, y 53 años de edad, es el presidente de la organización profesional Independientes de la Guardia Civil, IGC,(@_IGC_)
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JMF: ¿Qué es la asociación profesional de la Guardia Civil?
JPC: Independientes de la Guardia Civil es una asociación representativa de la Guardia Civil, una de las ocho que representan a los guardias civiles en el Consejo de la Guardia Civil, para la defensa de los intereses sociales y económicos de los guardias civiles de cualquier empleo.
JMF: ¿Qué inquietudes tiene la Guardia Civil ahora?
JPC: Como organización profesional queremos seguir siendo representativos dentro de dos años que habrá nuevas elecciones, y lo que pretendemos ahora es culminar la equiparación salarial con los Cuerpos de Policía Autonónicos, porque desde siempre se ha pagado más a los policías de las Comunidades Autónomas con competencias de Seguridad Ciudadana y Tráfico. También queremos más justicia e igualdad en el funcionamiento interno de la Guardia Civil, que aquellos que cometan delitos o infracciones contra sus subordinados, o contra iguales o de superior empleo, reciban el castigo oportuno, y los afectados puedan desempeñar su servicio sin estar sometidos a esos abusos o extralimitaciones.
JMF: Había un compromiso del Gobierno en una equiparación no total, pero sí mejorada. ¿Sigue en píe esto?
JPC: El actual Gobierno no ha hecho más que cumplir el acuerdo ya aprobado con el anterior Gobierno, y queda un tercer tramo que se ejecutará a partir del 1 de enero de 2020. Pero este acuerdo no colma las diferencias retributivas entre los policías del Estado y los de las Comunidades Autónomas, porque los segundos siguen viendo mejoradas sus retribuciones, como bien les corresponde, y que les reconocen sus respectivos Gobiernos autonómicos. El problema también es la dificultad que existe para homogenizar y comparar ambos sistemas retributivos, según cada empleo y especialidad. Y porque ellos, más avanzados que nosotros en política retributiva, premian económicamente los servicios nocturnos y festivos, las horas extras, o las comparecencias a juzgados, con unas cantidades económicas muy superiores a las nuestras. El Gobierno de la nación renuncia a premiar el trabajo en peores condiciones, como es el que se realiza por la noche o en fechas festivas o señaladas, o ante eventos o eventualidades, la necesidad de realizar horas extraordinarias, y pagarlas un 75% superior que la hora ordinaria a aquel que voluntariamente desee realizarlas. O las guardias de localización en el caso de policía judicial o de otras especialidades que no siempre tienen un servicio permanente y sus efectivos tienen que estar localizados para ser activados ante una necesidad o urgencia. No se premia el trabajo, y se compensa con descansos, cuando habría compañeros que por una buena remuneración preferirían trabajar más horas.
JMF: El problema de retribuir las horas extras, ¿es solo presupuestario, o hay otros motivos?
JPC: Presupuesto se aporta con la subida salarial, los dos primeros tramos de subida salarial han supuesto una media de unos 250 euros netos mensuales en la nómina del guardia civil, más lo que aumenta en porcentaje vinculado al IPC para todos los funcionarios, pero aún queda un tercer tramo presupuestario que no debería vincularse como hasta ahora, al complemento específico singular, que ha supuesto que se deniegue cualquier petición de compatibilidad laboral con otro trabajo distinto al de guardia civil, sino que debería vincularse a la subida del salario base de los empleos de Cabos y Guardias, del sueldo base elevado según corresponda al grupo B de funcionarios, porque los guardias civiles con su actual nivel de estudios, y los conocimientos que adquieren en las academias de formación, estarían asimilados a técnicos superiores, y además se debería vincular a una productividad objetiva, que siempre se asignara ante el trabajo en las circunstancias que he dicho antes, horas extras, nocturnos festivos, horas no planificadas en caso de especialidades o mando, que se activan ante una urgencia, por ejemplo, que premian el trabajo, y por ello lo estimulan. Todo esto además sin renunciar a la equiparación real y efectiva con los policías autonómicos, y regulando económicamente un sistema de jubilación a los 60 años, lo que se llama el pase a Retiro, pudiéndose adelantar ésta, manteniéndose el funcionario dos años en la situación de Reserva Activa desde los 58 años, con la misma e igual pensión que se obtiene en el Régimen General de la Seguridad Social, a razón de su nivel retributivo en situación de activo. Y estas pensiones deberían ser igualmente alcanzadas a partir de la publicación normativa, por los que ya estuvieran en Reserva Activa o Retirados.
JMF: Me has hablado antes de perseguir a aquellos que cometen delitos contra los propios funcionarios, ¿a qué te refieres?
JPC: Me refiero a que se debe poner en marcha una actuación más diligente y pro activa para detectar aquellas situaciones que puedan suponer la comisión de delitos comunes o militares por parte de algunos guardias civiles en las relaciones internas de la Guardia Civil. Hay que establecer instrumentos de detección e investigación, más allá de unos simples protocolos de detección del acoso laboral o sexual, y se deben anular todos aquellos sistemas de evaluación que castigan y perjudican al guardia civil que es evaluado por superiores que a veces pueden estar imbuidos de móviles espurios, y que en lugar de conseguir un mejor funcionamiento de la Institución, lo que hacen es generar conflictividad e injusticia, que más que beneficiar destruyen a la Guardia Civil, generan bajas médicas, bajo nivel de rendimiento, sufrimientos personales. Se debe evaluar con objetividad, -por un grupo multidisciplinar del que formen parte también los representantes de las asociaciones profesionales-, aquellas actuaciones, actitudes, o trabajo extraordinario que hacen los guardias civiles para premiarles, no para castigarles, no utilizando el sistema de evaluación con desviación de poder para castigar, -cuando ello ocurra- generando miedo a la arbitrariedad, que no lleva a la disciplina, sino a todo lo contrario.
JMF: ¿Qué medidas proponéis para evitar eso?
JPC: No basta con establecer protocolos para evitar el acoso laboral y sexual, necesitamos protocolos de actuación también para detectar y evitar la desviación de poder, la arbitrariedad, las conductas nefastas en el funcionamiento interno, utilizando técnicas avanzadas puestas en práctica en grandes empresas, y para ello se necesitan grupos de trabajo multidisciplinar o juntas de evaluación como también se llaman, que estén compuestos también por representantes de las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, porque nosotros también podemos aportar investigando y escuchando para dar soluciones desde otra perspectiva mayor, más amplia o distinta, que alcance a ver donde otros no miran. Es función de las asociaciones profesionales promover las mejores condiciones sociales de los guardias civiles, por ley debemos estar participando en esa labor, porque además no interfiere en el poder rector de dirección y organización de los jefes. Evitaremos con ello bajas médicas, conflictos, o los resolveremos antes con nuestra participación, y yo creo que hasta conseguiríamos reducir los suicidios de profesionales, porque si bien pueden haber factores varios coadyuvantes, sin duda el trabajo influye en mucho, en la situación anímica de una persona.
JMF: ¿Ha cambiado el perfil de los nuevos guardias civiles?
JPC: Como cambia la sociedad, pues la Guardia Civil se nutre de ella. El proceso de socialización, de educación, el sistema de valores y principios ha cambiado mucho desde la llegada de la democracia, y en estas últimas décadas más. El nivel cultural suele ser más elevado, y las mentes están más abiertas a cuestionar lo qué se hace y cómo se hace, hay un espíritu más crítico, consecuencia de la libertad de expresión y del desarrollo de la personalidad.
JMF: ¿Qué habría de cambiarse en el ejercicio del poder dentro de la Guardia Civil?
JPC: Se dice que el poder no es sinónimo de autoridad, el poder somete, la autoridad conduce a las personas por el camino que ellos mismos consideran el más correcto. Cuando la autoridad se ejerce con liderazgo y el que tiene el deber de cumplir las directrices que se le marcan en el trabajo, lo hace con el convencimiento de estar haciendo lo que debe, con unos cánones de eficacia y eficiencia, el que ejerce la autoridad puede estar seguro que hace bien su función, porque es capaz de conducir al personal en el trabajo, de la forma adecuada, sin que lo hagan por miedo, sino por el sentido de la responsabilidad.
JMF: Gracias Joaquín, ha sido un placer mantener contigo esta charla. Mucho ánimo que consigáis la merecida equiparación salarial.