LA AUTENTICA Y VERDADERA NAVIDAD <<CUENTO DE NAVIDAD>>
Ya de vuelta y tras este acueducto vacacional del que muchos como yo hemos podido disfrutar, he podido comprobar a través de los distintas ciudades, lugares y ambientes en los que mis pies han cansado deambular que todos ello en estas fechas, comparten igual peculiaridad con alternativas varias de mostrarlas a la sociedad, y es que en todos ellos se huele, respira y palpa la ya venidera Navidad. Época repleta de costumbres, ritos y mitos, a veces, muchas de ellas, con gran diversidad, pero lo que es cierto que en la mayoría de las ocasiones no alcanzamos a entender y tendemos a mal interpretar por lo que sirva el aquí presente mi último artículo, os ayuda . al menos si cabe un poquito a poder aclarar. Si ello es logrado, mi objetivo final habrá sido alcanzado.
Es difícil precisar cuándo comenzó a celebrarse la Navidad tal cual hoy la conocemos. Lo cierto es que las costumbres, mitos y leyendas que se le fueron sumando a lo largo de los siglos provienen de muchos países diferentes.
Tampoco se conoce el día exacto del nacimiento de Jesús, aunque se sabe que fue durante el reinado de Herodes. A mediados del siglo IV, el Papa Julio I estableció la fecha del 25 de diciembre, día próximo a muchas fiestas del solsticio de invierno que se celebran en la antigüedad.
La aparición de Papá Noel también llamado Santa Claus, Sinterklaas o Pere Noel, según el país- así como la tradición del árbol navideño o la representación del pesebre, son costumbres que provienen tanto de la leyenda como de la realidad.
En relación a la celebración de la Navidad tal y como hoy la conocemos, es el 25 de diciembre (solsticio de invierno en el hemisferio norte) cuando toda la cristiandad (excepto en la iglesia ortodoxa) celebra la Navidad. En ella celebramos el nacimiento de Cristo. Pero …os habéis preguntado por qué y desde cuando se festeja el nacimiento de Jesús en el 25 de diciembre?
Actualmente, la Navidad es una fiesta más profana que religiosa, tiempo de gran actividad comercial, intercambio de regalos y comidas familiares. En Occidente por ejemplo, celebramos la Misa del gallo n los países , de arraigada tradición católica como los de América Latina se celebra especialmente la Nochebuena con una cena familiar con la elaboración de una diversidad de platos, postres y bebidas tradicionales, también asisten a la Misa del gallo y celebrar con cohetes y fuegos artificiales. Caso curioso y a destacar merece el de México, en el que la Nochebuena constituye la culminación de una celebración que dura nueve días a la que se llama «las posadas». Éstas empiezan el 16 de diciembre y conmemoran el viaje de María y José en su búsqueda de alojamiento
Saber merece que no siempre los cristianos celebrábamos asi la Navidad pues En el siglo II de nuestra era (100 años después del nacimiento de Cristo), sólo conmemoraban la Pascua de Resurrección, ya que consideraban irrelevante el momento del nacimiento de Jesús y, además, desconocían cuándo podía haber acontecido.
En siglos siguientes, al comenzar a aflorar el deseo de celebrar el natalicio de Jesús de forma mas clarividente, algunos teólogos, basándose en los textos de los Evangelios, propusieron datarlo en fechas tan dispares como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras. Pero el papa Fabián (236-250) decidió cortar tanta especulación y calificó de sacrílegos a quienes intentaron determinar la fecha del nacimiento del nazareno. La Iglesia armenia fijo el nacimiento de Cristo el 6 de enero, mientras otras iglesias orientales, egipcios, griegos y etíopes propusieron fijar el natalicio en el día 8 de enero.
Tras tanta aglomeración asi como especulación de fechas a barajar, finalmente y, dado que en el concilio de Nicea (año 325) se declara oficialmente que Jesús es una divinidad, ya que el padre y el hijo son el mismo, se decidió fijar el natalicio de Cristo durante el solsticio de invierno (en el hemisferio norte) o sea, el 25 de diciembre, fecha en que se festejaba el nacimiento de variadas deidades romanas y germanas. Se tomo por fecha inmutable, durante el pontificado de Liberio (352-366), la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban el Natalis Solis Invicti, el nacimiento del Sol Invicto (un culto muy popular y extendido al que los cristianos no habían podido vencer o prescribir hasta entonces) y, claro está, la misma fecha en que todos los pueblos contemporáneos festejaban la llegada del solsticio de invierno. Las iglesias orientales siguieron y siguen festejando la Navidad el 6 de enero. Curioso verdad?
Pero…Y…..el Arbol de Navidad? Os habéis preguntado porque en estas fechas ponemos árbol de Navidad en lugar que cualquier otra ….?
La tradición comienza en que como todos sabemos, en invierno los árboles pierden sus hojas, los germanos ,los vestían para que los espíritus buenos que en ellos habitaban regresaran pronto. Los adornos más comunes eran manzanas o piedra pintadas, eso fue el origen de los adornos, las bolas de cristal se incorporan alrededor de 1750 en Bohemia pero realmente independientemente de lo citado a modo de anecdótico, buena parte de la tradición del árbol de Navidad, tuvo su origen en una leyenda europea: es dicho popularmente, que durante una fría noche de invierno, un niño busco refugio en la casa de un leñador y su esposa, que lo recibieron y le dieron de comer. Durante la noche el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la bondad de los ancianos, tomo una rama de un pino y les dijo que la sembraran, prometiéndoles que cada año daría frutos. Y así fue: aquel árbol dio manzanas de oro y nueces de plata. Fue San Francisco de Asis quien populariza la costumbre de armar un pesebre. En su viaje a Belén, en el año 1220, quedo asombrado por la manera como se celebraba allí la Navidad. Entonces, cuando regreso a Italia le pidió autorización al Papa Honorio III para representar el nacimiento de Jesús con un pesebre viviente. A partir de ese momento, la tradición se extendió por Europa y luego por el resto del mundo. Hoy Papá Noel, el arbolito y el pesebre son los símbolos universales de la Navidad. Tan universales como la costumbre de desearles a todos y en todas partes, felices fiestas.
Pero la Navidad el verdadero sentido de la Navidad es lo que hace un par de años estando en Bruselas vi acaecer y desde entonces de mi mente cada año no puedo desprender y para acabar este relato dedicado a la Navidad os quiero del hacer participar;
<< Faltaban apenas cuatro días para celebrar la Navidad. El espíritu de las fiestas ese año todavía no me había atrapado plenamente ni pensé que lograría hacerlo como antes solía acostumbrar, pues prescindía de una pieza clave, la pieza angular de mi centro familiar,- , mi abuelito especial, acompañante inseparable y responsable de transmitirme y hacerme suya una mente llena de creatividad, y vitalidad, el, siempre alegre, picaron, jovial, inteligente y un poquito suspicaz,- y con el pensamiento y tristeza que en mi puzzle personal, la ausencia de esta pieza siempre me iba a acompañar pensé que nunca mas sentiría y viviría de igual manera como antes el sentimiento de la Navidad.
Dolorida de pies y cabeza de deambular todo el día al paso de mi gran amigo y compañero belga, decidí antes de regresar a España adquirir algunos presentes navideños en esa europea ciudad. Todos me habían dicho no querer nada por Navidad, pero yo sabía que si no les compraba algo no me darían la bienvenida con igual felicidad. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto, muchas de ellas sin apenas pensar y me dirigí a las colas de las cajas para en una de ellas mi turno esperar. Tra un agudo vistazo alcanzar elegí la más corta pude atisbar que serían por lo menos 30 minutos de esperar. Fue entonces cuando detuve la mirada en dos pequeños niños que frente a mi hacían la cola también esperar, uno de ellos 10 añitos decía albergar y otro 5 alcanzaba prestar- por lo que de su conversación logre adivinar-, el,primero, mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, quizá 3 tallas más grande los jeans le quedaban cortos y portaba en sus sucias manitas un manojo de billetitos muy arrugados.
El semblante de su hermanita poco distaba del suyo sólo que, además, su pelo estaba enredado. La niña portaba sobre ella un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por todo el centro comercial y yo podía escuchar a la niñita muy pizpireta y feliz como los tarareaba. Al llegar a la caja registradora, la niña como si el mayor de sus tesores se tratase le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, esta les entregó el recibo y dijo: son 25,00 euros. El niño puso sus arrugaditoss billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos ; Finalmente contó 12, 60 euros.
“tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compráremos”, te lo prometo,- le dijo el niño a su pequeña hermanita,- la niña triste, dibujó un pucherito en su rostro y dijo: «Pero….. a Jesús le hubieran encantado estos zapatos¡¡«
No llores, vamos a volver, trabajaremos un poco mas ahorraremos y volveremos a por ello –dijo el hermano para consolar a la niña- Sin tardar ni un minuto y ante tal escena de cariño, amor y bondad no lo pensé ni un instante y tras sacar de mi tumultuosos bolso mi monedero ,completé los euros que faltaban. Aun no había depositado todos los euros en el mostrador cuando un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una vocecita dulce e inocente me susurro: «Muchas gracias señorita«. No os podéis imaginar que momento más mágico mi persona pudo alcanzar, momento de total y plena felicidad y que no se logra comprar con ninguna gran suma de dinero ni nada material. Y, tras este mágico y cálido abrazo que pude ostentar y disfrutar aproveche la oportunidad para a la niña preguntar que quería decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatitos, a lo que la niña con sus grandiosos ojos que rebosaban inocencia y felicidad comenzó e explicar :
– «Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?»
Mis irascibles ojos se inundaron en cuestión de milésimas de segundos al ver la carita de ese bello angelito estas palabras pronunciar a la par que una lágrima en su rostro radiante bajar-.
Avergonzada por el comportamiento consumista que apenas un ratito antes había prodigado, lentamente agache la cabeza abandone la cola del supermercado y procedí a devolver a su lugar de origen todos y cada uno de los artículos innecesarios con los que unos minutos antes había llenado mi carrito sin apenas pensarlo, ¿Realmente eran necesarios?- pensé– ; en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor de las cosas y recobrar el espíritu de la Navidad que daba ya por perdido.
Aprendamos a disfrutar de la Navidad, de la autentica y verdadera Navidad¡¡
Ana Belén Hernández Sanchez
Politóloga, Jurista, Gestora Publica
Secretaria Interventora de Administración Publica
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