Operación Manuel Valls: ¿Qué hay detrás?

A estas alturas, no son pocos los expertos que han alertado de que la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de Barcelona obedece a una operación de Estado manejada por determinadas élites económicas que profesan una agenda política marcada por intereses bastante espúreos. Por lo pronto, estamos ante una ambiciosa maniobra que se proyecta más allá de un simple plan de contingencia «unionista» para evitar que la Ciudad Condal caiga en manos de los sectores más afines al separatismo, sino que pretende liderar un auténtico cambio de paradigma en el modelo territorial español.

Un breve vistazo a la biografía de Valls nos muestra a un político de origen catalán que curtió su prometedora carrera en los círculos de la francmasonería [1] y en las confidenciales reuniones del Club Bilderberg [2], forjando a un Primer Ministro francés que será recordado en su país durante muchos años por la polémica reforma territorial que acometió en 2014. Y es que lejos de la imagen mediática que lo ha caracterizado como un furibundo jacobino partidario del centralismo, Valls reorganizó Francia mediante un profundo -y engañoso- proceso de remodelación que logró reducir el número de regiones galas a la vez que les otorgó un poder del que jamás habían gozado hasta ese momento. El propio Valls se jactó entonces de haber inaugurado «una nueva Francia de los territorios» más descentralizada, inmersa en una renovada Europa en la que los Estados cederían el puesto a «los nuevos actores principales: las regiones y las ciudades» [3].

Quizá es bajo este prisma que deberíamos interpretar sus enigmáticas declaraciones afirmando que pretende convertir a Barcelona en una «ciudad-Estado» [4], introduciendo en España una novedosa figura jurídica comparable al estatus del que gozan otras urbes europeas como Berlín o Hamburgo en el modelo federal de Alemania [5], para lo cual sería necesario una profunda reforma de la Constitución, tal y como expresó Valls en un evento organizado por empresarios de renombre donde aprovechó para dejar entrever algunas de sus intenciones [6]:

“Valls tiene muy claro que su «proyecto de ciudad» es también «una fórmula para luchar contra los populismos y también para encontrar una solución para Cataluña». Su respuesta ante el desafío independentista y el discurso de los comunes liderados por la alcaldesa, Ada Colau, es una ambiciosa reforma legal, que incluye un nuevo «estatus» para las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, que una Constitución reformada debería citar explícitamente.”

Lo que sí parece claro es que estamos frente al «candidato de las élites», como él mismo se definió en un acto junto a Vargas Llosa [7]. Todas las versiones coinciden en que el aterrizaje de Valls en la política española se gestó en la cúpula de Societat Civil Catalana, más concretamente gracias a la labor de dos de sus fundadores, Josep Ramon Bosch y Joaquim Coll, quienes no tardaron en convertirse en flamantes asesores de Valls tras su breve coqueteo con Ciudadanos [8].

Algunos medios han señalado que Bosch (personaje unionista que ha mostrado en más de una ocasión sorprendentes tendencias federalistas en su etapa al frente de SCC y de la Fundación Joan Boscá, tal y como explicamos en una investigación anterior [9]) conoció a Valls en un encuentro organizado por el todopoderoso think tank Círculo de Empresarios, donde se concitan las principales empresas del IBEX 35 [10]:

“Bosch ya conocía a Valls de un encuentro que mantuvo el político francés en octubre con el Círculo de Empresarios, cuyo presidente de honor es Javier Vega de Seoane, al que le une una amistad. Pero tras aquel discurso de diciembre, Bosch vio que el diputado galo podía ser ese cabeza de cartel que llevaba tiempo buscando para liderar una plataforma transversal que conquistara Barcelona y otros municipios estratégicos. Un movimiento cívico que pudiese integrar a los constitucionalistas, a ex convergentes que rechazan el radicalismo del procés y que jamás votarían a Ciudadanos por creer que es un partido «españolista», a formaciones catalanistas como Lliures o Units per Avançar y a asociaciones cívicas.”

Y fue precísamente gracias a los favores de tan elitista entidad que Valls pudo darse a conocer en España [11], llegando al extremo de que algunos de los principales bancos que la conforman se han prestado a impulsar la campaña de micromecenazgos con la que Valls pretende financiar su pomposa candidatura municipalista [12].

Pero las conexiones de Manuel Valls con el poder económico barcelonés son aún más estrechas e inquietantes. Según revelaron algunos medios [13], detrás de la plataforma «Barcelona, ciudad europea» se hallaría el mecenazgo de un reducido grupúsculo de empresarios catalanes, la mayoría pertenecientes a Barcelona Global, un lobby muy vinculado al núcleo duro de la patronal catalana cuya cabeza visible no es otra que la del conocido líder empresarial Luis Conde, quien ya ha expresado públicamente su respaldo a la candidatura de Valls [14]. Claro que en este punto, no podemos olvidar que entre los socios y clientes de la Fundación Seeliger y Conde, derivada de la homónima empresa de cazatalentos del ínclito señor Conde, se halla una selección de las principales empresas y bancos españoles que cotizan en el IBEX: Abertis, CaixaBank, Indra, Gas Natural, Repsol, Banco Popular, Vueling… [15] Se trata, por tanto, de un exitoso empresario que además es conocido por organizar los famosos «civets», una suerte de ágapes celebrados en la Fonteta, una idílica masía situada en pleno Ampurdán y en los que se convida a los máximos representantes de la política catalana, sin distingos entre unionistas y separatistas, que comparten mesa y mantel junto a un nutrido grupo de destacados periodistas y dirigentes de las principales empresas del IBEX. No en vano algunos periodistas catalanes han bautizado estos encuentros, de los que casi nada trasciende a la opinión pública, como «el Club Bilderberg catalán» [16]. El también periodista Pablo Planas describió con suma precisión el ambiente que se respira en estas «cumbres» organizadas por la flor y nata de la oligarquía catalana y en las que el alcohol suele ser uno de sus elementos estrella [17]:

«Nadie es como parece en la Fonteta. Mas se ríe con Margallo ante la atenta mirada de Pastor. Fernández Díaz ofrece explicaciones a Homs. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, vuelve a coincidir con Puigdemont. Ambiente distendido en la «cumbre» a pesar de la tensión política, del proceso separatista y de las maniobras judiciales.»

Ante estos hechos tan chocantes como poco conocidos, bien podríamos incidir en que estas conocidas figuras del mundo de la política no tienen problemas en aparcar sus antagónicas diferencias para mostrar durante varias horas su cara más conciliadora una edición tras otra, por lo que quizá la explicación se deba a que son precísamente en estas opíparas veladas donde los mencionados políticos se quitan la careta y se muestran tal y como son, relegando para el resto del año su bien asumido papel de irreconciliables enemigos, actuando en la práctica como simples actores o marionetas teledirigidas que interpretan un guión de los acontecimientos que poco tiene de espontáneo, ya que que ha sido previamente consensuado, cocinado y pactado en las trastiendas del poder económico.

Prueba de ello fue la última edición celebrada en octubre de 2018, en la que el propio Valls fue el invitado estrella, y en la que se reunieron desde líderes del PP de la talla de Xavier Garcia Albiol y Adolfo Suárez Illana, pasando por ex-dirigentes de Societat Civil Catalana como el antes mencionado Josep Ramon Bosch, hasta la cúpula de Convergéncia encargada de organizar y diseñar el Procés: Artur Mas, Francesc Homs, David Madí, Xavier Trias y Marta Pascal [18]. Ahora bien, ¿de qué se suele hablar en estos ágapes ultrasecretos? Conjeturas aparte, podemos suponer que la batuta la marca el anfitrión Luis Conde y su posición sobre el conflicto de Cataluña. Según reveló el Confidencial, en el último civet se dirigió a los asistentes allí congregados para aleccionarles de un modo bastante peculiar [19]:

«Conde reclamó como hace siempre la burguesía catalana, el valor de la tercera vía, la búsqueda de un pacto que permita aparcar el conflicto soberanista. «La tercera vía es la expresión política del pensamiento moderado. Los estados se construyen a base de gente moderada y hoy curiosamente hace falta más determinación y coraje para ser moderados que radicales»».

Una llamada al diálogo y la moderación que sin duda evoca la necesidad de llegar a una solución pactada, cuya consumación parece ser el gran objetivo que las élites han encomendado a Valls si consigue hacerse con las riendas del Ayuntamiento de Barcelona, como el propio ex Primer Ministro francés ha insinuado en diversas ocasiones sin precisar más detalles [20].

De hecho, esta predilección por la Tercera Vía esgrimida por los empresarios de Barcelona Global se ha manifestado en más de una ocasión durante el discurrir del Procés. Sin ir más lejos, fue una comitiva de empresarios de este lobby encabezados por los catalanes Joaquim Coello y Juan Jose López Burniol quienes trataron de convencer a Puigdemont para que convocase elecciones tras el referéndum del 1-O [21], llegando a utilizar al lehendakari Urkullu como heraldo de sus pretensiones, entre las que también se contempló un arreglo político consistente en conformar “un frente común para la reforma de la Constitución” liderado por vascos y catalanes que superase las «tensiones territoriales» que aquejan a nuestro país [22]. Quizá en este punto haya que señalar que tanto Coello [23] como López Burniol [24] siempre han apostado por una «solución federal» para desencallar el conflicto en Cataluña, revelando así el compromiso por la Tercera Vía que mantienen los influyentes y prestigiosos empresarios barceloneses que sustentan la candidatura de Valls.

En resumen, podemos estar seguros de que ni la trayectoria de Valls ni los oscuros poderes empresariales que se hallan tras su inquietante proyecto municipalista, el cual parece conducir irrevocablemente hacia una reforma de la Constitución, auguran nada bueno para una España harto necesitada de estadistas que sepan defender su soberanía y estar a la altura del momento histórico presente.

[1] https://www.elmundo.es/cronica/2014/04/06/533fc203268e3eaf218b456b.html

[2] https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/el_chau-chau/estrella-ministro-hispano-frances-Valls-Bilderberg/20120522010000065441.html

[3] https://www.lemonde.fr/politique/article/2016/09/29/une-part-de-la-tva-financera-les-regions-a-partir-de-2018_5005256_823448.html

[4] https://cronicaglobal.elespanol.com/politica/valls-convertir-barcelona-ciudad-estado_206952_102.html

[5] http://www.tipptoppaleman.com/es/tag/ciudad-estado-alemana/

[6] http://www.expansion.com/economia/2018/12/28/5c253ec222601d704e8b45ad.html

[7] https://www.europapress.es/catalunya/noticia-manuel-valls-junto-vargas-llosa-soy-candidato-elites-20181029212304.html

[8] https://www.elnacional.cat/es/politica/josep-ramon-bosch-manuel-valls-barcelona_286335_102.html

[9]

http://www.azperiodistas.com/la-traicion-unionista-la-agenda-oculta-de-societat-civil-catalana/4412

[10] https://www.elmundo.es/cronica/2018/07/08/5b409f62268e3e66758b460a.html

[11] https://www.elnacional.cat/es/politica/circulo-empresarios-ibex-manuel-valls_220818_102.html