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El pasado día 6 de octubre se celebró en la localidad de L’ Hospitalet el acto «Por una España Federal en una Europa Federal», al que asistieron medio millar de federalistas procedentes de diversos rincones de España [1]. Este acontecimiento también sirvió para dar a conocer a la recién creada Asociación por Una España Federal, cuyo presidente, el histórico sindicalista Nicolás Sartorius, fue el convidado estrella de una jornada en la que sus participantes no dudaron en calificar de «multitudinaria» e «histórica» para el movimiento federalista español [2].
La organización de este evento corrió a cargo del think tank «Federalistes d’Esquerres» (Fed), un laboratorio de ideas catalán que, pese a que sus dirigentes se proclaman como una asociación transversal, suele situarse en la órbita socialdemócrata del PSC. Aunque pueda parecer chocante, esta asociación que tanto presume de izquierdista no ha efectuado hasta la fecha el menor ejercicio de transparencia al negarse a hacer pública la identidad de sus fuentes de financiación, a pesar de que todo apunta a que los ingresos de Fed deben ser muy abundantes si consideramos los numerosos eventos que organiza por toda Cataluña, incluyendo sus viajes a Bruselas para comparecer nada menos que ante la sede del Parlamento Europeo [3].
Por otra parte, es muy revelador que el programa de Fed, condensado en el lema «por Una España Federal en una Europa Federal», levante no pocas suspicacias entre los propios federalistas. Dejando a un lado que resulte metafísicamente imposible «federar» (unir) a una nación que ya de por sí es unitaria como la española, el experto en federalismo Jorge Cagiao y Conde [4] advierte de que existe una notable contradicción en esa propuesta de «federalismo al cuadrado» (español y europeo) que afecta directamente en la credibilidad de su discurso:
«Lo realmente sorprendente de este discurso, que defiende con vigor cosas como la obsolescencia del Estado nación, la soberanía o las fronteras, es que se realice a espaldas de la realidad supra-estatal en la que España y el resto de Estados miembros de la UE se encuentran, de alguna manera como si fueran esferas separadas estancas, y haciendo como si lo que se hace o propone en una de ellas no tuviera consecuencias sobre la otra. Esto se ve con meridiana claridad cuando el discurso federalista defiende, como lo hace, la evolución de la UE hacia un Estado federal. Aquí, si se conoce la historia del federalismo, con su marcada tendencia a la centralización de recursos y la homogeneización del orden jurídico y el sistema de valores, y si no se ignora tampoco la política ultra-liberal implementada por la UE en los últimos años, no se puede dejar de observar una contradicción evidente entre el proyecto federalista para el Estado federal miembro (y sus dos niveles de gobierno, Estado central y CCAA) y el proyecto federalista para la estructura federativa (europea) en que dicho Estado federal miembro se encuentra. Los dos, al mismo tiempo, no pueden ser ciertos, es decir realizables.»
Cagiao va más allá y apunta a que detrás del proyecto que defiende Fed se halla todo un plan preestablecido de corte europeísta y neoliberal, diseñado para arrebatar soberanía tanto a España como al resto de unidades territoriales (incluida Cataluña) que conformarían ese hipotético modelo federal:
«Si la UE evoluciona hacia un Estado federal, como los “federalistas” españoles lo desean y presentan como evolución federal natural y lógica, eso supondría indiscutiblemente una pérdida de poder de decisión (autogobierno) tanto para el Estado federal miembro (España o gobierno central en nuestro caso) como, sobre todo, para sus unidades federadas (Cataluña). Es lo que tiene el reparto de competencias: cuando uno gana, el otro pierde. Si esto ya ha ocurrido en nuestra historia cuando el reparto se hacía entre dos niveles de gobierno (nivel federal y nivel federado), podemos entender sin dificultad que un reparto entre tres niveles de gobierno (Estado central europeo, Estado central español, unidades federadas del Estado federal español) ha de conllevar parcelas de poder menores para las unidades territoriales que ceden poder al Estado federal europeo. Primero, porque se reparte lo mismo entre más actores (3 en vez de 2); segundo, porque lo que se reparte (poder) “pertenece” a dos de ellos (Estado nación y sus unidades territoriales) en provecho de un tercero.»
El demoledor análisis de Cagiao y Conde concluye que:
«Defender un Estado federal europeo es incompatible con la defensa de un proyecto federalista que suponga un buen encaje para Cataluña (en el sentido antes indicado), pues ésta se encontraría rápidamente en peor situación de autogobierno que en la actualidad».
Hay que hacer notar que dos días antes del evento que tuvo lugar en L’Hospitalet (4 de octubre), los impulsores de la plataforma Actúa, Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares, lanzaron un manifiesto con el mismo lema que fue publicado por el diario.es [5], en el que inciden en la idea de España como «una unidad federada en el seno de la Unión Europea», la cual conciben como una unidad política que «integra en sí diferentes pueblos, regiones y naciones». Quizá no sea casualidad que la plataforma Actúa de Garzón y Llamazares haya recalado en el movimiento paneuropeo Diem25 de Yanis Varoufakis [6], que según el profesor emérito del Instituto Max Planck Wolfgang Streeck:
«… no ayuda al progreso europeo pintando el cuadro amable de «la Europa de las Regiones» en el que pequeñas entidades políticas regionales sustituirán a los actuales Estados-Nación hoy existentes.» [7]
Por todo ello, quizá no sea descabellado relacionar la opacidad de Fed y la falta de consistencia de su propuesta federalista con la enfermiza obsesión de este think tank catalán por cuestionar la prevalencia de los Estados-Nación, a los cuales sus dirigentes y colaboradores acusan reiteradamente de ser los causantes de todos los males surgidos en España y Europa durante las últimas décadas. Incluso en la cuenta de Twitter de Fed se llega a decir que:
«La federalización de España forma parte de un proyecto más ambicioso que es la desaparición de los Estados-Nación, que por sí solos no dan respuesta a los grandes desafíos del siglo XXI» [8].
La pregunta se impone por sí misma: ¿Qué clase de intereses se hallan detrás de Federalistes d’Esquerres y por qué este tanque de ideas muestra tan inusitado interés por federalizar España, así como en debilitar la soberanía de nuestro país en favor de la tecnocrática UE? Varios indicios pueden ayudarnos a arrojar algo de luz al respecto.
En primer lugar, la vicepresidenta de Fed es Carme Valls, quien también es miembro de la Junta Directiva de la Associació catalana por una Gobernanca Mundial (apGDM) [9]. A su vez, esta organización es la sucursal catalana del World Federalist Movement (WFM) [10], entidad que es financiada por fundaciones globalistas de evidente signo euroatlantista y neoliberal como la Fundación Ford (que en los años 60 operó en España como tapadera de la CIA), la Open Society del conocido magnate George Soros y también por la mismísima Unión Europea.
También hemos de mencionar la enorme influencia que sobre Fed ejerce la Fundación Alternativas, conocida por ser el laboratorio de ideas del PSOE. Prueba de ello es que la visepresidencia de Fed fue ocupada hasta 2013 por Victoria Camps, fundadora y primera presidenta de Alternativas, quien además sigue formando parte del patronato de este think tank socialista [11]. El propio Nicolás Sartorius, conocido como «el aristócrata rojo» [12], ocupó hasta hace unos días la vicepresidencia de la Fundación Alternativas, puesto que abandonó para recalar en la presidencia de la Asociación por una España Federal, en la que Fed se halla integrada [13]. Lo interesante es que Alternativas elaboró en 2014 un informe de cuentas en donde admitió que esta fundación pretendidamente “de izquierdas” (y tan comprometida con la causa federalista) recibía fondos de las más importantes empresas del IBEX: Repsol, Inditex,Telefónica, Banco Santander, Iberdrola, Gas Natural, Indra, BBV, Endesa, etc. [14]
Ya que hablamos del IBEX, aún más inquietante fue la presencia de un personaje como Ángel de la Fuente participando y mostrando públicamente su apoyo al encuentro federalista del 6 de octubre [15]. Y es que el señor de la Fuente, que en diversas ocasiones se ha significado a favor de una reforma federal en España, es el director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), conocido por los periodistas como “el think tank del Íbex 35″ al recibir su financiación de las más prestigiosas entidades españolas como Banco Sabadell, Bankia, CaixaBank, BBVA, ACS, Abertis o Telefónica [16].
Asimismo, otro de los sorprendentes colaboradores de Fed es Antón Costas [17], que hasta hace 2016 fue presidente del todopoderoso e influyente Círculo de Economía, uno de los más importantes cónclaves de la patronal en España [18].
A la vista de todo ello, podemos realizar la siguiente reflexión: ¿debemos considerar «de izquierdas» a Fed, un think tank que además de ocultar sus fuentes de financiación, mantiene inquietantes conexiones con las principales entidades globalistas y del mundo empresarial?
4- http://cartasfederalistas.blogspot.com/2014/08/la-credibilidad-del-discurso-federalista.html
5- https://www.eldiario.es/tribunaabierta/Espana-federal-Europa_6_821077915.html
8- https://twitter.com/EsquerraFederal/status/1010510063675629574
10- http://www.wfm-igp.org/content/our-funders
11- http://www.fundacionalternativas.org/la-fundacion/patronato
12- https://www.publico.es/politica/nicolas-sartorius-aristocrata-rojo.html
13- https://elpais.com/politica/2018/09/25/actualidad/1537869085_711072.html
14- Véase página 35 del documento: http://www.fundacionalternativas.org/public/storage/fundacion_cuentas/95284678887ce4842b596ed217921f8f.pdf
15- https://twitter.com/EsquerraFederal/status/1048544337888333826
