25 agosto, 2018
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Por Pedro Taracena
El Rey Alfonso XIII y el General Primo de Rivera mantuvieron una dictadura al margen de toda legitimidad y democracia; asaltando el Estado de Derecho. Crímenes, crímenes, crímenes… Todos ellos legales.
El General Franco implantó una sanguinaria dictadura engendrando en su seno, la instauración de una monarquía borbónica. El Estado de Derecho usurpado a la República se convirtió en el Reino de España, sin rey. Y convivieron la dictadura con el embrión de un monarca con la bendición de la Iglesia. Todo ello establecido por el Generalísimo Invicto, exaltado a la jefatura del estado, como Caudillo de España por la Gracia de Dios. Ilegitimidad y crímenes, crímenes, crímenes… Todos ellos legales.
Fallecido el criminal genocida, el Rey juró fidelidad al tirano difunto y convivió con el franquismo heredado. Su evidente ilegitimidad le lleva a decretar una amnistía que dejó impune el genocidio franquista. Crímenes, crímenes, crímenes… Todos ellos legales.
El Rey y el jefe del Gobierno, en términos británicos, de su Graciosa Majestad, tuvieron ante su propio futuro, un dilema: Había que dar una salida democrática al régimen despótico de Franco, pero no se podía cuestionar la continuidad del Rey. La oligarquía, el Ejército y la Iglesia apoyaron al general golpista para derrocar la República y traer de nuevo los Borbones a España. Planteamiento ilegítimo a todas luces. Crímenes, crímenes, crímenes… Todos ellos legales.
Juan Carlos I y Suárez engañaron al pueblo sometiendo a referéndum una pregunta que encubría dos conceptos diferentes, que jamás debieron de ser incluidos en una sola consulta: democracia y forma de gobierno. Hechas por separado monarquía o república, hubiera salido ganando la República. Pero esto hubiera sido una alta traición a los que apoyaron el golpe para instaurar de nuevo la monarquía. En este periodo el binomio dictadura-monarquía, legal pero ilegítimo, también, se confabularon para consumar sus intenciones. Crímenes, crímenes, crímenes… Todos ellos legales.
En la actualidad los tres jefes de Estado que se han sucedido en España, ninguno, está revestido de legitimidad. Son legales, pero no han sido legitimados por el voto de los españoles. Forman parte de una dinastía pervertida: Franco, Juan Carlos I, Felipe VI. Y entronca con otra dinastía de origen criminal: Franco, Fraga, Aznar, Rajoy y Casado. Hijos legítimos y herederos de la dictadura genocida.
¿Por qué Partido Popular y Ciudadanos se niegan a condenar la dictadura franquista? ¿Por qué el llamado consenso de la Transición, encubrió la impunidad del genocidio franquista? ¿Por qué las víctimas del franquismo tenemos que olvidar?