Fake news o las falsedades del procés

Los independentistas han iniciado una campaña de fake news, o de denuncia continua. La consigna es que salgan las máximas noticias de violencia ultra. El principal impulsor de estas...
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Los independentistas han iniciado una campaña de fake news, o de denuncia continua. La consigna es que salgan las máximas noticias de violencia ultra. El principal impulsor de estas fake news el el actual president de la Generalitat, Quim Torra, el cual a  través de un artículo inclasificable en la prensa de papel, ha demostrado lo que hasta este momento ninguno de los independentistas estaba dispuesto a reconocer: la división territorial que quieren marcar. ¿Qué quiero decir?

En su artículo titulado “Como un solo pueblo contra el fascismo” se ha atrevido a presentarse como el president de una parte del pueblo catalán. De aquellos que sueñan con la independencia. El resto, aquellos que se conocen como constitucionalistas, son tildados de fascistas. Sino lean:

Unos grupos de individuos agresivos han querido atemorizar a los activistas por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados. En algunos casos, han llegado a agredir físicamente a personas que colgaban lazos o instalaban cruces amarillas en las calles y en las plazas del país”.

En primer lugar estas palabras no pueden ser pronunciadas por un president de la Generalitat. Partiendo de esta premisa, la fotografía ha pasado por el fotoshop. Las agresiones, de existir, han sido en los dos bandos. Pero lo peor es lo que argumenta. Que unas personas que piensan como él han sido presuntamente atemorizadas. ¿Y las personas que no piensan así? Recordemos que durante meses el temor lo han vivido aquellos llamados constitucionalistas. Es más, lo siguen sufriendo. Se les ha amenazado, se les ha marcado, se les ha vilipendiado, se les ha prohibido entrar a ciertos sitios, se les ha insultado… Y todo esto no era atemorizar a la población civil que pensaba diferente. El fascismo ha llagado de la mano de estos cuando se han rebelado contra el poder que se ha querido imponer a la fuerza.

Pasear por las calles llenas de lazos. Pasear por playas y plazas repletas de cruces. Leer pancartas con proclamas. Todo esto es normal. Revelarse es fascismo. La vara de medir del president Torra -y le llamo así por el título que ostenta y no por ser el president de todos los catalanes- no es objetiva. En estos últimos tiempos se ha demostrado y está demostrando que es un sectario. Y no podemos ir bien ni avanzar con estos artículos ni expresiones.

A pesar de sus palabras, Torra sabe que en Cataluña no hay presos políticos ni exiliados. En Cataluña hay una serie de personas que se saltaron la ley. Que dieron un golpe de estado institucional para establecer una cosa llamada “república catalana” que nadie la pidió y muy poco desean. También sabe que Cataluña nunca fue independiente de España. Para su desgracia, cuando lee el DNI, este le dice que nació siendo español y morirá siendo español. Todo esto lo conoce tanto Torra como Puigdemont.

Ahora bien, la pregunta es si todo esto no es un montaje. ¿Por qué? Evidentemente a Puigdemont no le interesa que ninguno de los que se sientan en las conferencias bilaterales le guste el discurso del gobierno de Sánchez. Su política es que no quieren saber nada con España y a Puigdemont le interesa la confrontación. Sólo así es algo. Recientemente ha quedado muy claro que no es nada. Cuando ha pedido escolta se le ha contestado: “Puigdemont ya no es una autoridad pública”. Es más, al ser un prófugo de la ley el escolta tendría que detenerlo.

Puigdemont no es nada. Vive en un mundo fantástico que se está desmoronando. Algunos, como Nuria de Gispert, lo elevan a las alturas por haber huido y condenan a Junqueras por haberse dejado encarcelar. Tienen que enaltecer a los presos y a los fugados, porque esta es la única manera de mantener una inexistente tensión. Torra acusa de fascismo a una parte de la sociedad catalana que, ténganlo claro, cada día es más grande y numerosa. Están desesperados con la evolución de los acontecimientos porque crearon un monstruo que se los va a comer: los CDR. Están muy nerviosos porque la realidad del tema es que Artur Mas montó todo este pitote para obtener más dinero y nunca creyó en la independencia. Están desesperados porque el tema se puede solucionar, pero ellos quedaran como unos mentirosos. Están aterrados porque tendrán que dar la cara ante miles de frustrados que un día se los creyeron. Están despavoridos porque han perdido la batalla.

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