La negociación para la actualización del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), se desarrollará en estos próximos días en la ciudad de México, como uno de los tratados de más relevancia que el país azteca ha impulsado en diversas áreas geográficas para favorecer el libre comercio.
Los equipos negociadores en esta novena ronda, encabezados por el subsecretario de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker Pineda, en la parte mexicana, y el director general adjunto de la Dirección de Comercio de la Comisión Europea, Mauro Petriccione, por parte de la UE, tienen hasta el 22 de febrero para concluir la modernización de este tratado que afecta a cuestiones como el acceso a mercados de bienes, las reglas de origen, la contratación pública, empresas públicas, comercio de servicios, inversión, propiedad intelectual, anticorrupción, mejoras en el proceso de solución de diferencias comerciales y aspectos legales e institucionales.
El intercambio comercial entre México y la UE se ha triplicado desde 1999 y la inversión directa europea representa la tercera parte del total
El intercambio comercial con la UE reviste gran importancia para México. En los últimos 17 años se triplicó al pasar de 20.800 millones de dólares a 61.700 millones, y entre 1999 y junio de 2017, las empresas de la UE invirtieron en México 174.800 millones de dólares, el 36% de la inversión extranjera directa recibida por el país en ese periodo.
Las negociaciones entre la UE y México en torno a los distintos aspectos del libre comercio se producen en un momento delicado para la negociación de otro tratado, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), conocido también como NAFTA, firmado entre México, Estados Unidos y Canadá.
Las negociaciones del NAFTA se encuentran en una situación comprometida y deberán prolongarse a lo largo de 2018
Las negociaciones sobre este tratado se encuentran en una situación comprometida tras la posición adoptada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump al respecto y en las relaciones con el país azteca, que hicieron encallar las negociaciones en la última reunión celebrada a fínales de 2017, y que deberán prolongarse a lo largo de 2018.
En las últimas semanas diversas instancias mexicanas han mostrado su preocupación por el modo en que se desarrollan las negociaciones de este tratado de ámbito norteamericano, de singular importancia para México, con casi un cuarto de siglo de vida y que afecta a 482 millones de habitantes, el 7% de la población mundial, y supone el 28% del PIB mundial y el 16% del comercio global.
Frenando inversiones
El Gobierno mexicano, en boca de su secretario de Economía, Ildefonso Guajardo ha expresado su contrariedad con la marcha de este proceso que reconocen está frenando inversiones y nuevos proyectos en ese país y consideran que existen reservas entre los empresarios a la hora de avanzar en sus planes, “si no se sabe exactamente cómo van a quedar las reglas del juego”, ha añadido Guajardo.
Sin embargo, mientras subsisten las dificultades en la relación con Estados Unidos, México y Canadá han firmado un Memorándum de Entendimiento con el fin de fortalecer la cooperación regulatoria internacional mediante la promoción e implementación de buenas prácticas regulatorias.
“México y Canadá reconocen que tienen una fuerte relación bilateral en el ámbito de las Buenas Prácticas Internacionales (BPR), y esfuerzos conjuntos en foros multilaterales como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que favorecen la promoción e implementación de la política de mejora regulatoria”, señala un comunicado del Gobierno mexicano.
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