Si bien es un hecho insólito que el Presidente en activo del Reino de España, sea citado a declarar por un caso de corrupción política, hay que situar las cosas en sus justos términos. Rajoy, a la tercera, ha sido convocado como testigo, sin más, al igual que lo fueran los distintos secretarios generales que ha tenido el PP, por un caso que afecta a la financiación del partido.
En tres ocasiones, la Asociación de Abogados Demócratas por Europa, ADADE, había pedido la citación de Rajoy. En las dos primeras, el tribunal la había denegado. Esta vez, y a pesar de que, como en las anteriores, tanto la la Fiscalía Anticorrupción como la Abogacía del Estado se oponían a ello, el voto afirmativo de dos de los tres Magistrados que componen la sala de la Audiencia Nacional, obligará a Rajoy a testificar en este juicio de Gürtel. Rajoy comparecerá como testigo lo que supone la obligación de acudir, de decir la verdad y de contestar a las preguntas de las partes.
Dos han sido los Presidentes de la democracia que han tenido que acudir como testigos a los tribunales, si bien en ambos casos ya no ocupaban el cargo en el Ejecutivo. Adolfo Suárez, compareció voluntariamente ante la Audiencia por una cuestión sobre Banesto y Felipe González, acudió al Tribunal Supremo en relación al secuestro de Segundo Marey en el ámbito de la Guerra Sucia de los GAL. Como se ve, hay una notable diferencia, ya no eran Presidentes, si bien, al menos en el caso de González, este comparecía por hechos acaecidos durante su mandato, cosa distinta al caso de Rajoy.
Sin entrar en la filiación de los que han ejercido la acusación popular, y que con su perseverancia han conseguido que el tribunal cite a Rajoy, ni en el hecho de que es difícil que el que ha dirigido tantos años al PP, estuviera al margen de tantas triquiñuelas, el hecho es que ir de ‘testigo’, pese a quien pese, no tiene nada que ver con el banquillo, ni siquiera con estar investigado o encausado, y mucho menos con el concepto de imputado que sigue manejando la gente de Ciudadanos, Inés Arrimadas en este caso, que ya es historia en España.
No entiendo nada. Es evidente que a partir de los papeles de Bárcenas, las dudas sobre Rajoy y su comportamiento siguen vivas. ¿No es ya hora de que desaparezcan, dando a conocer la verdad por quién la sabe? ¿Alguien me lo explica?