Este último fin de semana el PP y Podemos han cubierto el trámite de sus Congresos y el PSOE, en espera del suyo, ha presentado a Susana Díaz como lideresa nacional. Es curiosos que el anuncio socialista casi no haya copado prensa, de la misma manera que por primera vez el PSOE casi no haya estado en la boca de ningún dirigente del PP. Es posible que el PP y la prensa que le acompaña, quieran dejar respirar a los socialistas, aunque también es posible que los gurus del PP quieran polarizar el futuro entre Podemos y ellos.
El Congreso de Podemos ha sido una victoria clara de su Secretario General. Iglesias sale reforzado después de una dura batalla contra su segundo. Evidentemente ahora el debe saber administrar su victoria, o a la vieja usanza mandando a Errejón, y a todos los suyos que pueda, a la SIberia política, o bien iniciar una táctica de adiestramiento para que estén tranquilos molestando poco. Podemos no puede permitirse el lujo de un Congreso tranquilo, porque su esencia está en aglutinar inconformistas y combatientes sociales que deben militar con la sensación de pintar en las decisiones.
El PP de Mariano ya es otra cosa. Ahí lo que vende es la imagen del Líder cada vez más entronizado. Nadie le discute nada, dado que la inmensa mayoría de los que asisten a su Congreso, retrasado al máximo y hecho por imperativo legal, dependen en su trabajo, y por tanto en sus emolumentos, de ser útiles al jefe en el cansado deber de gobernar España. Si con él tienen cargo, ¿para qué discutirlo?
No entiendo nada. Ideológicamente el Congreso del PP ha consagrado el relativismo. ¿Es posible que solo les interese gobernar para repartirse el pastel y para ello adopten la política que más trague la calle? ¿Alguien me lo explica?