Marcos Ana
Poeta
Es difícil que los medios de comunicación españoles sean capaces de, al menos intentar, el hacer un análisis objetivo de la Cuba del siglo XXI. Las Musas del Partido Popular, los Voceros del Régimen del 78 y los Boceras del Reino, están inmersos en la monarquía parlamentaria. El Régimen que tiene muchos de los vicios heredados de la Dictadura. El dejar impune el genocidio ha tenido y aún tiene sus consecuencias.
Somos muchos los españoles que fuimos víctimas consientes del franquismo, y la muerte de Fidel Castro nos refresca la memoria de cómo reaccionó el Régimen ante la muerte de Francisco Franco, Caudillo de España, que lo fue por la Gracia de Dios.
Ambos regímenes tienen aspectos en común. Científicamente serán los politólogos quieres establezcan las características que son comunes a ambas dictaduras. Cuba. Una dictadura del proletariado revolucionario y comunista, con el eufemismo de democrática popular. España. Una dictadura militarista y fascista en connivencia con el nacionalcatolicismo y el nacionalsindicalismo. Con el eufemismo de ser una democracia orgánica. Ambos dictadores han muerto en su cama.
En los dos países, salvando las distancias de tiempo y lugar, ha desaparecido el salvador de la patria. En Cuba, Fidel Castro había iniciado la revolución que hacía recuperar el Gobierno para el pueblo y librarle de la dictadura del imperialismo americano y el capitalismo mundial. La estructura del régimen cubano corresponde al comunismo dentro del área de la Unión Soviética. En España, Francisco Franco, liberó al pueblo de las hordas republicanas, comunistas y judeomasónicas. A través de la Santa Cruzada de Liberación, en lucha permanente contra el ateísmo. El carácter militar de la dictadura franquista tuvo la complicidad de Falange Española. Cuyo lema fue: Revolución Nacional Sindicalista. Sin esperar el análisis de los politólogos podemos convenir que en España había una dictadura de derechas y en Cuba una dictadura de izquierdas.
Ante el fallecimiento de los dos dictadores, la reacción de los regímenes de Cuba y de España ha sido similar en lo fundamental. Personalmente viví la muerte del Generalísimo residiendo recién casado en Barcelona. Aunque viajaba por los territorios de Aragón, Catalunya y Baleares. En ambos regímenes se ha decretado un periodo de duelo y de luto. Imponiendo la disciplina del silencio con ausencia de manifestaciones públicas de júbilo. La gente está reaccionando en ambos países de igual forma. Los opositores y víctimas del régimen, descorchando en privado y en silencio las botellas de cava o champán. Los presos políticos avivando la esperanza de libertad. Así como los exiliados preparando el visado del retorno.
Los corresponsales españoles ahora muestran su extrañeza ante la reticente reacción de los cubanos. Esto puede ser motivado por su ignorancia de lo que pasó en España en 1975. O quizás yo sea muy mal pensado y les asista la mala voluntad de seguir alimentando el anticastrismo. Es evidente constatar como pasó en España, la falta de libertad de los cubanos para expresar sus opiniones y su verdadero estado de ánimo. Pero La Casta española ya ha enviado a sus esbirros para que nos den argumentos para descalificar el régimen castrista y de paso omitir sus logros y atacar a UNIDOS PODEMOS.
Las consecuencias inmediatas a la muerte de ambos jefes de estado, son también muy similares. Fidel Castro, abdicó en su hermano Raúl Castro en 2008, para ocupar el trono de la Dictadura de Cuba. Francisco Franco, estableció la instauración monárquica en la persona de Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, en el año 1969. Mientras las pompas fúnebres de Cuba y España en los días próximos al óbito, las colas de los incondicionales serpenteaban, calles y plazas loando las grandezas de su líder. Mientras, en el exilio del exterior se brindaba y se brinda por la muerte del tirano. En el año 1975 y en 2016.
En el caso de Cuba, Raúl Castro es automáticamente el nuevo mandatario de la República de Cuba y en España a los dos días de la muerte del Jefe del Estado, el 22 de noviembre de 1975, fue coronado Rey al Príncipe de España, según establecía el testamento del General Franco.
A partir de la desaparición de Fidel Castro, las características de España y Cuba van a ser sensiblemente diferentes. En Cuba, es deseable que se conserven los históricos e innegables logros de la Revolución. Avanzando en una Transición hacia una democracia que recupere el pluralismo político, la libertad de expresión y libere a los presos políticos. La Historia dirá si el régimen castrista tendrá su Núremberg.
En España, con el testamento de Franco hecho realidad, comenzó una Transición que dejó impune los crímenes cometidos por la Dictadura. Evidentemente el franquismo y sus secuaces, lejos de haber tenido su Núremberg, escribieron la Constitución con la complicidad de los exiliados, los excarcelados y los políticos clandestinos. La Carta Magno no ha evitado que el espíritu franquista y sus vicios sigan vigentes.
La prensa en España está cautiva de La Casta (Oligarquía de siempre), de la Santa Transición y de los vicos contraídos por el nefasto consenso del franquismo y el bipartidismo, es decir PP y PSOE.
Las crónicas de los enviados a Cuba y los tertulianos que se quedan en los estudios de radio y platós de TV, huelen a mentira apuntalada de embustes tendenciosos.