Pablo Iglesias, líder de PODEMOS
“Tanto los individuos como los pueblos de espíritu perezoso —y cabe pereza espiritual con muy fecundas actividades de orden económico y de otros órdenes análogos— propenden al dogmatismo, sépanlo o no lo sepan, quiéranlo o no, proponiéndose o sin proponérselo. La pereza espiritual huye de la posición crítica o escéptica”. Miguel de Unamuno
La Transición de la dictadura a la democracia ha sido ensalzada y elevada a la categoría de modélica, por quienes la manipularon y modelaron a su gusto. Pero la Transición Española fue una cacicada. Es decir, obra de quienes dominaron o influenciaron sobre un pueblo, que había sufrido una dictadura durante cuatro décadas. La Constitución de 1978 fue construida con los escombros de un régimen dictatorial de un militar golpista. Los arquitectos fueron los mismos que sirvieron al Movimiento Nacional: El Ejército, la Iglesia, los caciques, los bancos y Falange Española. Los franquistas fueron los caciques que impidieron que se produjera una ruptura con el régimen anterior y se estableciera una democracia real. Los herederos legítimos de la dictadura que administraron España como si de un botín de guerra se tratara, acordaron con los que vinieron del exilio, la clandestinidad o la cárcel, repartirse el poder de forma caciquil porque pactaron dejar fuera de toda posibilidad de lograr una mayoría al Partido Comunista de España. Esto lo consiguieron mediante la actual ley electoral que tan buenos rendimientos ha sacado el bipartidismo PP-PSOE.
Definir la palabra cacique y todas sus acepciones no ha sido muy difícil de conseguir analizando la historia reciente de España. Algo más complicado será encontrar una conducta observable que califique y sobre todo defina el populismo (*) como peyorativo y utilizarlo como un insulto. No obstante los caciques mencionados más arriba, se han constituido en una élite social y política que se acerca a la denominada casta, linaje y cierta alcurnia. Al insulto de populismo algo amorfo sin definir, se opone La Casta, algo tangible y perfectamente definible y definido.
El PSOE, el PP, y a la derecha nacionalista les interesa descalificar a las fuerzas sociales emergentes hartas del caciquismo envuelto en el consenso constitucional. La izquierda huye de la izquierda y la derecha huye de la derecha; confluyendo en la centralidad. En este aprisco los pastores recogen el ganado para resguardarlo de la intemperie. De los populismos, de los radicalismos y extremismos de izquierda renunciando a su vocación republicana y la derecha sin renunciar al franquismo porque parece ser que en ese corral hasta el franquismo se centra. Solamente aquellos que no desean verlo, niegan la evidencia. La Constitución desfasada en el tiempo y fosilizada por los franquistas, la corrupción generalizada de la clase política, la contaminación y desconfianza hacia la Justicia, los empresarios imponiendo un régimen de esclavitud y los medios de comunicación lacayos del poder económicos, hace de España un Estado fallido.
Más que una columna periodística pretendo que sea una piedra de tropiezo para este espíritu hispano tan perezoso, como decía Miguel de Unamuno.
(*) populismo
- m. popularismo.
- m. Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares. U. m. en sent. despect.
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