Con sólo 140 palabras es cuesta arriba describir 708,32 km² de historias, costumbres y naturaleza. Es trabajoso «aislar» apenas unas de las muchas cosas que enriquecen a esta isla. Quizás deba dejar por fuera al Roque y sus muchachos, o tal vez no hablar de los pasadizos selváticos de Marcos y Cordero.
Veo difícil resumir en escasas 140 palabras la idiosincracia palmera, el saludo acompañado del «mi niño (a)», las huertas caseras y las chicas de tenis blancos en “bandadas” por la Calle Real de Santa Cruz.
Tal vez tendré que rociarle polvo a Los Indianos para esconderlos de este relato, o sepultar a Tanausú en la Caldera de Taburiente y no dé guerra en el cuento. Será una tarea titánica, necesitaré una habilidad mágica que me ayude a resumir las maravillas de esta “isla bonita” en 140 palabras.