5 septiembre, 2016
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Seguro que muchos ilustres colegas, con la mosca tras la oreja durante décadas, se han hecho alguna vez esa pregunta. ¿Son sus premios una legítima honra por una profesionalidad sin tacha o prebendas por servicios prestados acerca de secretos, digamos, inconfesables? ¿Ha sido periodista serio y de pulso limpio, o un sensacionalista que ha pisado de manera poco ética a sus competidores?
Luis María Anson es todo un personaje que quizá aparenta lo que no es. Una lástima que la persona no esté a la altura de la fama que va ensuciando, cuanto más permite injusticias mayores con las que parece estar muy familiarizado.
Luis María Anson es todo un personaje que quizá aparenta lo que no es. Una lástima que la persona no esté a la altura de la fama que va ensuciando, cuanto más permite injusticias mayores con las que parece estar muy familiarizado.
Joaquín Vila, director de El Imparcial.es, es un aprovechado de mi trabajo, un abusador sin ética corporativa ni personal, y se intuye rápidamente cómo se ha ganado, de verdad, la vida.
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/01/respuestaborracho-de-joaquin-vila-y-mi.html
Aún van con la cabeza alta. Anson y Vila todavía se valen de la palabra aranera para fingir dignidad donde no parece haberla según sus obras. Palabra de dios; de diosecito más bien es la del buen disimulador Anson.
Encumbrado a las mieles del triunfo y dejando un reguero de agria hiel que rebaña a lametazos el fiel Joaquín Vila, juntos se han criado retozando en la conspiración, dicen muchos, y la trampa digo yo por experiencia propia. De este modo surgen las dudas sobre los métodos del éxito ansoniano: ¿aprovechado sin ética?¿Tramposo zancadilleando al margen del juego limpio, atiborrándose de beneficios, haciendo ascos a las reglas básicas de una moralidad que ha quedado enterrada bajo la escoria de un discurso intelectual cuya vaciedad se acentúa con el paso de los años y la perspectiva de la muerte? ¿Vila limpia las huellas? ¿No hay examen de conciencia para los jugadores de ventaja? Lástima de esos vivos, vivales, que no saben lo muertos que están. Qué mundo falso. Cuánta insensatez en los confiados arribistas que un día tendrán que dar cuentas exactas de sus tejemanejes.
En este país nuestro sobrepasado de podredumbre moral, muchos andan como muertos vivientes aunque respiren. El espíritu hiede con cada paso terreno que los entierra en la codicia sin límites; en esas dimensiones ilimitadas de vanidad y presunción que un día se convertirán en las cuatro esquinas exiguas de una tumba. Están muertos en espera del aplauso de los incautos que aún escuchan neciamente los verbos ruinosos de pérfidas bocas que son alimentadas por la gula de lo deshonesto; muertos en vida, confiados en que el poder del abuso les abra las puertas como siempre lo hizo. Pero se les acaba el tiempo para enmendar lo torcido. Son muy ignorantes, en realidad.
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/04/un-congestionado-anson-las-puertas-de.html
Triste fin habrá para estos transitadores de sombras después de alumbrárseles la existencia con los artificios de la intelectualidad lúcida-la de Anson que no hay tal virtud en Vila- y la incomprensible actitud amoral que representan algunos cuando se suponía que no tenían que demostrar ya nada.
http://guarradaelimparcial.blogspot.com.es/2016/04/los-puercos-comportamientos-de-la.html
La honradez, sin embargo, es una prueba vitalicia que hay que pasar hasta el último momento. De lo contrario puede surgir la sospecha de que los logros personales hayan podido conseguirse por méritos comprados al precio del engaño y la fabulación. La honestidad, la nobleza personal, la integridad, son valores en desuso que no parecen importar al triunfalismo de un Anson que cree estar por encima del bien y del mal.
Es normal que no dé importancia al pago del trabajo ajeno y se calle ante esta guarrada que desprestigia su nombre, cuando él con dieciseis años se subió a la escalera mecánica de la adulación, del triunfo arrimado, ¿enchufándose a la corriente de las influencias y los favores pagados en los despachos? Me temo que a Anson no le incomoda la conciencia con la formidable falta de ética que denuncio en mi caso. Peor para él.
Qué absurdo desfase moral en los últimos tiempos de su vida… o quizá es solo la continuidad de un comportamiento inescrupuloso.
El éxito de Anson está hecho de innúmeras sospechas y… él sabrá.