Estamos ante un combate de boxeo peculiar, después de cada asalto hay un largo tiempo donde los contrincantes, que en este caso son cuatro, tienen tiempo para meditar si siguen o tiran la toalla.
Superado el primer asalto y dado que nadie consiguió el KO, la mayoría absoluta, todos prepararon, aunque sin decirlo, un segundo round. Llego el segundo y tres de ellos salieron bien escaldados, tanto que parecía imposible que, a pesar de la debilidad del ganador, se arriesgaran a otra paliza. Aceptando la derrota, siempre magnificando algún hecho personal para justificarse, daban el resultado por aceptable y, todos a una, negaban la opción del tercer asalto. Pasados unos días, supongo que animados por sus seguidores más recalcitrantes, vuelven a aparecer por el gimnasio como con ganas de un tiempo extra de pelea. Lo que parecía imposible, unas terceras elecciones, se empieza a volver a plantear. Parece que el tiempo de reposo ha hecho su efecto y los púgiles, restañadas las heridas, quieren ir a por el ganador a pesar de los pronósticos casi unánimes de otra derrota más.
No entiendo nada. Si no dan por ganador a Rajoy y se retiran, deberán ir a unas terceras elecciones y perder, cada uno de los tres restantes, un puñado de votos más, ¿en qué piensan para volver a recibir por voluntad propia el castigo de las urnas? ¿Alguien me lo explica?