El mantón de manila es quizás una de las piezas más delicadas que podemos tener en nuestro armario. Normalmente se hereda de madres a hijas, por lo que tiene un valor sentimental bastante alto. Te contamos cómo limpiar los mantones de manila para que puedas conservarlo durante muchos años o después de comprar un mantón de manila.
No todas las prendas requieren los mismos cuidados. Dependiendo de los diferentes tipos de tejidos que la componen, utilizaremos diferentes métodos de limpieza y planchado. Pero además, hay prendas tan delicadas como los mantones de manila cuya limpieza requiere una atención especial.
La limpieza de los mantones de manila no es una tarea fácil. Al ser un tejido tan fino, incluso el agua podría desteñir y destruir la prenda. Si tienes un mantón de manila, debes tener mucho cuidado al llevarlo, evitar los olores, que se te enganche un fleco o que se te derrame el vaso de vino encima.
Generalmente esta prenda pasa de generación en generación, por lo que suelen tener un alto valor económico y sentimental. Si quieres conservar tu mantón de manila para que se mantenga como nuevo durante generaciones, sigue nuestros consejos.
Consejos
No lave el mantón de manila a mano
Antes de limpiar los mantones de manila debes saber que no puedes lavarlos a mano. La mayoría están hechos con tejidos muy antiguos y los tintes se desvanecen con facilidad al sumergirlos en el agua. Incluso es conveniente evitar ponerlo en un día de lluvia.
No corte los hilos sobrantes
Con el tiempo, algunos hilos de bordado pueden haberse desprendido. No corte nunca los recortes. Si no te gusta el aspecto del chal, utiliza una aguja especial para lana e intenta colocar los hilos sobrantes uno a uno en la aguja. Esta tarea requiere mucha paciencia, pero merecerá la pena.
Limpiar los mantones de Manila
No los cuelgues en el armario
La mayoría de la gente piensa que la mejor opción es colgar los mantones de manila en el armario, para que no se arruguen, pero esto no es cierto. Si colgamos el mantón, el peso de los flecos podría romper la tela.
La mejor manera de guardarlo es enrollarlo sobre sí mismo, envolverlo en papel de seda y meterlo en una caja o cajón pequeño.
Evita que los flecos se enreden
En general, los chales suelen tener flecos muy largos que se enredan con facilidad. Para desenredar los flecos podemos humedecerlos con agua, ¡pero nunca sumergirlos!
Humedece los flecos con la ayuda de un spray, coloca los dedos como si fueran un peine y desenreda los flecos uno a uno. Después, deja que se sequen al aire.