Malgastar el dinero es tan fácil como difícil es ahorrarlo. Sin lugar a dudas, este es un hecho casi incuestionable que toda persona que desea emprender debe admitir. El dinero se esfuma mucho más rápido de lo que llega y eso está muy relacionado con los hábitos y conocimientos.
En efecto, puede que seas una persona muy ordenada y austera, lo cual te otorga una ventaja para los negocios. Pero si ese no es tu caso y siempre estás recurriendo a los servicios de prestamistas este breve artículo es de tu interés.
Hay muchas formas de malgastar el dinero. De hecho, existen tantas maneras como gustos, aficiones e incluso vicios existen en el mundo. No obstante, en esta oportunidad se hará énfasis tan solo en 3 que son sumamente comunes y constantes en la mayoría de las personas.
Realizar compras compulsivas y utilizar mal los créditos
Los préstamos y préstamos rápidos sin papeleos no son contrarios al ahorro. Sin embargo, debido a la incomprensión sobre como estos deben ser administrados se toman decisiones erradas y contraproducentes. Un ejemplo de ello es la adquisición de productos no esenciales mediante créditos.
Los productos no esenciales no deberían ser adquiridos de este modo. Es mejor que reserves los créditos para cosas esenciales cuyo costo sobrepase tu poder adquisitivo estándar. De esta manera no te “endeudaras” en vano, por un producto del cual puedes prescindir.
Esto está muy relacionado con la segunda forma de malgastar dinero: realizar compras compulsivas. También conocidas como compras nerviosas, consisten en adquirir productos de una forma un tanto automática y puede decirse que irracional.
Abstenerse de esto implica meditar si necesitamos los productos en cuestión. Realizar este pequeño cambio posibilita que una parte considerable de nuestro ingreso no se pierda e incluso sea destinado a la creación de un fondo de emergencias.
No disponer de un presupuesto
El otro aspecto, que puede ser considerado como el mal principal, es no disponer de un presupuesto. Este es la columna vertebral de las finanzas dado que sirve como un mapa para guiar las acciones cotidianas. Es el presupuesto el que indica cuánto y en qué invertir nuestro dinero.
Si realizas tus compras sin este “mapa” lo más probable es que inviertas el dinero de forma desordenada, sin atender a ningún plan o sistema. Por ello, realizar un presupuesto y determinar un límite a tus gastos te ayudará a no malgastar tu dinero tontamente.