1. Establecer metas de estudio
Hay muchas investigaciones creíbles que sugieren que el establecimiento de metas puede ser utilizado como parte de una estrategia para ayudar a la gente a efectuar con éxito cambios positivos en sus vidas, así que nunca subestimes el poder de identificar para ti mismo las cosas que deseas lograr. Sólo asegúrese de hacerse algunas preguntas clave: ¿Estoy estableciendo metas realistas? ¿Tendré que esforzarme más para lograr esos objetivos? Si estás satisfecho con las metas que te has fijado, entonces debes tratar de desarrollar tu plan de estudio para el año que viene con tus metas en mente.
2. Haga un plan de estudio
El tiempo es precioso. Nadie es más consciente de esto que el pobre estudiante que no ha estudiado nada hasta la noche antes de un examen. Para entonces, por supuesto, es demasiado tarde. La clave para romper el ciclo de preparación para las pruebas es pensar en el futuro y crear un plan de estudio eficaz. Esto no sólo le ayudará a organizarse y aprovechar al máximo su tiempo, sino que también le ayudará a relajarse y a eliminar esa sensación desagradable que siente cuando entra en un examen sabiendo que no está preparado para nada. Como dice el viejo refrán, no se preparen y estén preparados para fracasar.
3. Tome descansos de estudio regulares
Ninguno de nosotros es sobrehumano, así que es importante darse cuenta de que no se puede mantener un nivel óptimo de concentración sin darse algún tiempo para recuperarse del trabajo que ha realizado. Esto puede tomar la forma de una caminata de diez minutos, un viaje al gimnasio, tener una charla con un amigo o simplemente tomar una bebida caliente. Si se siente como una demora, entonces tenga la seguridad de que no lo es: tomar descansos cortos regulares no sólo ayuda a mejorar su concentración.